El Celta se regala los tres puntos el Día de Reyes

El Celta de Vigo se regaló una balsámica victoria el Día de Reyes en el Martínez Valero ante el Elche CF. Un 0-1 que fue suficiente para sumar los tres puntos tras ocho jornadas sin saborear la victoria en Liga. Tuvo opciones el Celta de sentenciar el encuentro en una primera mitad en la que Aspas abrió el marcador tras jugada entre Paciencia y Veiga. El porriñés fue una pesadilla para la zaga local, especialmente para un Bigas completamente superado en cada duelo. Solo las paradas de Edgar Badía impidieron al canterano cerrar unos primeros 45 minutos antológicos. En la segunda mitad tuvo Veiga la sentencia en sus botas pero se topó de nuevo ante Badía. Con un fútbol más pausado supo gestionar el partido el cuadro de Carvalhal. La falta de puntería de Boyé ayudó a los vigueses, que volvieron a defender mal a balón parado. No lo pagó el Celta ante un rival inofensivo que demostró porque es colista y porque aún no ha ganado en Liga. Con un solitario gol de Aspas el Celta sumó la primera victoria el año 2023 el Día de Reyes tres meses después de haber ganado por última vez en Primera División.

Sorprendía Carvalhal dejando en el banquillo a Strand Larsen. El técnico repetía el dibujo de tres centrales con el que empató ante Rayo Vallecano y Sevilla premiaba a Gonçalo Paciencia tras su gol ante el Espanyol. Era el portugués quien iniciaba la jugada con la que el Celta arrancaría en ventaja el partido. A los seis minutos un control con un pase a su espalda habilitaba a Gabri Veiga. El canterano, casi en línea de fondo, ponía el pase atrás. Badía no lograba despejar el esférico permitiendo a Aspas empujarlo al fondo de su portería con su torso.

El objetivo que se marcaba el Celta era desquiciar a un Elche sin victorias en Liga esta temporada. Intentaba asegurar la pelota el cuadro vigués, jugar juntos y encontrar un segundo tanto que pudiese sentenciar a los ilicitanos. No bajaban los brazos los de Machín. Un pase a la espalda de Unai Núñez estuvo a punto de convertirse en el empate. Marchesín tapó bien el remate de Roger, que había sido más rápido que el central portugalujo. Replicaba jugada el Elche con Bigas y Pere Milla de nuevo hacia Roger.

Perdía el control del partido el Celta. Este se convertía en un correcalles donde Gabri Veiga brillaba con luz propia. Una acción individual del de Porriño robándole la cartera a Bigas pudo terminar en el 0-2. El canterano, después de hacer todo bien, apostó por picar la pelota por encima de Badía. Atento el portero atajó la pelota. Pudo ceder Veiga el balón a Aspas, que estaba completamente solo. El jovencísimo jugador pecó de egoísta, reconocía con un gesto que no había visto a su compañero solo. Duelo de golpes que podría no interesarle a los vigueses, incapaces de sostener una ventaja en los últimos encuentros pero en el que demostraban que tienen mucho más punch que el Elche.

Aspas y Veiga encontraban una y otra vez el espacio entre Carlos Clerc y Bigas. Martilleaban esa posición con insistencia en busca del segundo gol. Veiga, ahora sí, buscó el centro al área. Apareció Badía para atajarlo con seguridad. El Celta había hecho méritos para llegar con mayor ventaja a la primera media hora del partido. Una ventaja que pudo desaparecer si Lucas Boyé hubiese estado un poco más acertado tras saque de falta de Mascarell. De nuevo la zaga olívica hacía aguas a balón parado permitiendo que el delantero ilicitano cabecease solo un centro lateral. Falló Boyé, se salvó Marchesín que se había salido en falso. Nada hubiese tenido que hacer el meta argentino ante su compatriota tras quedarse en medio del área chica.

La exhibición del porriñés no encontraba el premio del gol en un partido sin mediocampo. Gabri Veiga volaba sobre el Martínez Valero para protagonizar la última de la primera parte. Un autopase en mediocampo era suficiente para dejar atrás a Bigas tras apoyarse en Aspas. Se lanzó a por la meta ilicitana. Llegó un poco justo de fuerzas y no definió bien ante un Edgar Badía que no se venció. El meta local evitaba el tanto del centrocampista celeste. Un tanto que hubiese supuesto un durísimo golpe antes del descanso a un Elche bajo mínimos en su estado anímico.

Strand Larsen para la segunda mitad

Carvalhal daba entrada a Strand Larsen por Paciencia para arrancar la segunda parte. El técnico quería aprovechar la zancada del noruego para apuntillar a la contra al Elche. Lo intentó primero el cuadro local con una falta botada por Gumbau que Marchesín despejó sin excesivos apuros. Aspas, con una vaselina desde tres cuartos, rozó el 0-2 en el 50' al detectar la posición adelantada de Badía. Una de Larsen, a la media vuelta, y otra de Aspas, desde la frontal, daban continuidad al ataque celeste.

Badía despejaba por encima del larguero un testarazo de Mallo y Marchesín se iba abajo evitando el gol de Lucas Boyé en un disparo cruzado. Todo en unos primeros 10 minutos que se cerraban con un paradón de Badía a remate a bocajarro de Gabri Veiga tras dejaba de Larsen. Golpeaban los dos equipos sin noquearse. El portero local sumaba seis paradas en 55 minutos. Bajaba de pulsaciones el duelo. Imposible de sostener un ritmo vertiginoso ambos equipos guardaban fuerzas para los últimos minutos. El Celta se replegaba unos metros, concedía el esférico a un Elche obligado a arriesgar para no irse de vacío en el primer partido de Liga del 2023.

Gabri Veiga se iba al banquillo por Óscar Rodríguez. Buscaba mayor control Carvalhal para afrontar los últimos 20 minutos. Aidoo daba dos sustos. Los servicios médicos atendían al central, que sumaba 14 recuperaciones de balón en el 75'. Parecía que no iba a aguantar. Tapia calentaba para sustituirlo pero finalmente volvió al campo para acabar un partido que el Celta no supo cerrar a tiempo. Buscaba el Elche sin éxito acorralar a los vigueses, que jugaban muy lejos de su área. En ataque solo las contras de Iago Aspas generaban cierto peligro.

Carvalhal apostaba por dar entrada a Tapia por un agotado Fran Beltrán en el 87'. El 0-1 y la victoria era un valioso botín que tocaba defender con uñas y dientes hasta el pitido final. Dio el susto Marchesín con una intervención a dos tiempos tras centro de Lautaro Blanco. Se le escapó la pelota al meta argentino. Pudo rectificar a tiempo para evitar que un rival le arrebatase el esférico. Pere Milla tuvo una más a balón parado en un agónico final. El Celta volvía a defender mal una jugada de estrategia. Abocados al sufrimiento ante el colista solo la roja a Bigas en el 91 por derribar a Aspas dio aire. Perdonó el moañés en el 92 con un disparo demasiado cruzado. No lo necesitó el Celta, que sumó los tres puntos en Liga tres meses después, en el Día de Reyes.