Iturbe: “Lezama está en época de cambios, lo veía venir”

El bilbaíno Fernando Iturbe, ex técnico de Lezama en captación, se marcha para China en breve bajo el auspicio de la Federación Española de Fútbol para formar jugadores en aquel país. Es su segunda experiencia en el país asiático, aunque ha trabajado también para Osasuna, Atlético y Everton. Habló con Amorrortu, su mayor valedor, para conocer sus planes, pero “no recibí llamada”, aunque mantienen una buena relación.

A través del coordinador de la escuela de la Española, el guipuzcoano Eduardo Valcárcel, con el que coincidió en la época de jugador y del Atlético, fue reclutado para China, donde la FEF ha firmado un proyecto en la zona al Sur de Mongolia: “Acababa de venir de allí (en la zona cerca de Hong Kong) y les interesaba una persona que conociera aquello”, explica Iturbe, un joven técnico educado y de verbo fácil y pedagógico que se comunica en inglés y con un traductor y en palabras técnicas en chino que va asimilando.  Respecto a la desbandada de Lezama de este junio no se esconde: “El organigrama nuevo no me causa tanta sorpresa. Lezama está en una época de cambios, yo lo venía venir. A mí me tocó salir en la época de Larrazabal (curso 2010-11) y hay que adaptarse a los cambios”. Iturbe funcionó en el departamento de captación en la Margen Derecha sumergido en la idea de que “en Lezama el jugador debía ser un proyecto no un producto”, asegura sobre un dicho que propaga Amorrortu, empujado a que en Bilbao existe una particularidad especial: “Un club que se rige con jugadores de casa hay que centrarse en sacar jugadores para poder alcanzar el profesionalismo”, sostiene. El ex técnico en Lezama, Tajonar y Atlético, además de en las inferiores del Arenas y del Leioa, que jalonan ya su currículum, pese a su juventud (25 años), piensa en el futuro en su casa de Sopelana. “Llega un momento después de tantos cambios que piensas en volver. Me encanta correr cerca de casa, con el mar y los montes de aquí; ahora toca prepararme lo máximo posible para cuando surja la oportunidad”. China le espera con un contrato por un año prorrogable a otro más, con dos hándicaps: “La comida, soy un poco especial, y el idioma”, lanza.