Athletic y Málaga firman tregua hasta San Mamés
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Alejado del tsunami Illarramendi y de la tortura liguera el Athletic Club, visto que tiene que jugar tres partidos
en 9 días contra el Málaga, aceptó tácitamente firmar una tregua en la Copa con los de Javi Gracia y dejar las 'hostilidades' para las dos citas (domingo-jueves) de San Mamés. El noctámbulo (0-0) de La Rosaleda casi se pudo atar antes en el hotel
, porque el partido ha sido un flete con un par de ocasiones de gol que llevarse a la boca en 90 minutos. La Catedral deberá decidir quien llega a semifinales tras una ida que deja todo abierto, sí, pero que entraña muchos riesgos visto lo que le cuesta marcar a los bilbaínos.
Y es que la propia alineación titular rojiblanca vista este miércoles tenía poco (o más bien ningún) gol. Ernesto Valverde, en el mismo número que Javi Gracia por cierto, le dio una amplia vuelta de tuerca a su once, insuflándole juventud en busca de esa frescura por la que suele casi 'suplicar' en sala de prensa. Dicho y hecho. Allí estaban dos casi juveniles como Williams y Unai López, quedando las alas del ataque para Ibai y Muniain, que sigue siendo un chaval. Lo que faltaba era dinamita arriba. Pero eso ya es que no es noticia casi.
La siesta comunitaria del primer tiempo
No es que diera mucho juego la primera mitad. Por decir algo generoso. Pero en fin lo cierto es que los bilbaínos salieron con las ideas claras, presionando desde arriba, manteniendo la pelota alejada de Iago con amplia presencia en campo rival, aunque, para variar, la primera ocasión fue local merced a un apurado despeje hacia atrás de Iturraspe. Pronto fue contestado con un chutazo de un Ibai que pide a gritos una pizca de suerte. El de Santutxu pena en el campo, y al igual que varios compañeros necesita inputs positivos. Vengan como y de donde vengan. Y estimados lectores de ElDesmarque aquí termina este cuento. Con esas dos acciones casi se resumían los primeros 45 minutos.
Por rescatar algo, nos quedamos con que si ya se sabe que el ataque no es el fuerte rojiblanco esta campaña, la solidez defensiva mejoró. En fechas precedentes el Athletic quiso asemejar la fortaleza de un tanque, pero sus soldaduras saltaban con soplidos, por eso en Málaga era un avance ver al equipo más junto y realizando un trabajo corporativo.
Contemplar un periodo entero con calma chicha fuera de Bilbao ya es algo, otra cosa es pedir que encima se achuche al meta rival. Williams. activo, animoso, tuvo algún disparo, pero no llegaron ni a puerta. Ambos equipos parecían haberse apuntado al dicho de que esto es muy largo y todos los arranques morían lejos de las áreas. Así que el descanso fue un alivio, pero para que los espectadores pudieran mojarse la cara y despertar del sopor causado por este tostonazo.
No mejoró con los pesos pesados
En la reanudación no cambiaban ni las caras ni las maneras. Los pocos valientes de la grada sufrían por el frío y por un juego en el que los porteros y sus porterías apenas se intuían. Valverde quiso subir la intensidad dando entrada a Susaeta por un Ibai que sigue desconocido desde que lanzó su campaña del bacalao solidario, para posteriormente habilitar a 'Zumosol' Aduriz por un Williams fundido y a Aketxe.
Tras 20 minutos de extensión de la siesta fueron los malacitanos quienes dieron un paso al frente, pero tamaño los de Pulgarcito, tímido más bien porque a Iago ni le tantearon. El encuentro, que no llegó a la categoría de choque, discurría cansino rumbo a la medianoche entre bostezos. El 0-0 parecía comunmente aceptado por ambas partes como un buen resultado por mucho que Gracia hablara en la previa de que era "una oportunidad histórica para el Málaga". Hoy han jugado andando y el Athletic se ha conformado con mejorar su imagen, su solidez y fiarse de un San Mamés que este curso, ojo, que ha dado muy pocas alegrías.
El domingo ambos equipos deberán volverse a ver las caras en la Catedral (17:00) en el segundo de los tres enfrentamientos consecutivos, dotado de un peso tremendo para los vizcaínos debido a su mal momento en Liga. Los puntos de casa ya valen el doble. Aquello será otra cosa.
