En 2023, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), se registraron 4.116 muertes por suicidio en España. Esto es más de 11 casos cada día -además de los cerca de 80.000 intentos autolíticos anuales-. Detrás de estas cifras, hay problemas de salud mental cuyo origen, en el 70% de los casos, es la infancia y la adolescencia.
Ante esta realidad, y con motivo del Día Mundial para la Prevención del Suicidio que se celebra el 10 de septiembre, la Asociación Española de Pediatría (AEP) insta a romper con el estigma y a visibilizar y naturalizar la prevención del suicidio desde la infancia.
Tanto la infancia como la adolescencia son "etapas críticas en las que se desarrollan la identidad, las habilidades emocionales y sociales, y los mecanismos de afrontamiento" y en las que "pueden aparecer trastornos de ansiedad, depresión, problemas de conducta, trastornos de la conducta alimentaria o adicciones comportamentales como el uso problemático de pantallas y redes sociales".
De hecho, tras la pandemia, los comportamientos suicidas aumentaron en gran medida y así lo evidenció un estudio, publicado en la revista 'Anales de Pediatría', realizado por la Sociedad Española de Urgencias Pediátricas (SEUP).
Dicha investigación observó un "incremento del 122% en el diagnóstico de 'suicidio/intento de suicidio/ideación autolítica' " y del 56 % en intoxicaciones no accidentales por fármacos-. Asimismo, el perfil más frecuente era el de una "mujer adolescente de unos 14,8 años, en un tercio de los casos sin diagnóstico psiquiátrico previo" y en el 57,7% era un intento recurrente.
En esta misma línea, una investigación reciente coordinada por la Universidad Rey Juan Carlos (URJC), en la que también ha participado la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), evidenció los siguientes datos:
Los profesionales que forman la AEP inciden en que "prevenir es actuar a tiempo" por lo que piden que se tomen las siguientes medidas de forma inmediata: