Los puertos del Tour

El Tour de Francia de 2017 presenta en su recorrido un buen número de ascensiones que apretarán las piernas de los corredores. Sin embargo, la realidad es que la organización ha planteado un recorrido conservador ya que muchos de estos puertos están situados en una situación desfavorable como para dar espectáculo en la carrera. Apenas hay finales en alto que presenten oportunidades de hacer diferencias finales, mientras que otros grandes puertos están demasiado lejanos para hacer grandes emboscadas.

 
Analizamos los puertos de primera categoría o superior, o aquellos de 3ª que son finales en alto, por orden de aparición en esta edición del Tour. Serán jueces, aunque con menos impacto.
Côte des Religieuses (3ª) - 1'6 km al 5'8%. Pequeña ascensión que marca el final de la tercera etapa. El tramo más duro se sitúa al principio, con un 11% de máximo desnivel. Va decreciendo según avanza. Puede dejar las primeras diferencias entre favoritos. Una incógnita saber cómo afrontarán los favoritos la ascensión, pero las bonificaciones son un suculento premio.
La Planche des Belles Filles (1ª) - 5'9 km al 8'5%. Final de la primera etapa de montaña, en la quinta jornada de carrera. Puerto duro, constante, que se reserva su máximo desnivel en la última rampa, un 20%. Sólo el segundo kilómetro es algo más suave, al 6'7%. Baja ligeramente el porcentaje en los dos últimos kilómetros, pero siempre por encima del 8%. La última rampa es tremenda, mejor para corredores explosivos.
Montée de la Combe de Laisia les Molunes (1ª) - 11'7 km al 6'4%. No es excesivamente duro para los grandes favoritos. Se mantiene constante en torno al 6-7%, pero los tramos más duros tienen una media del 8%. Es, de hecho,  ese último kilómetro uno de los que está en ese 8%. Tras coronar, 12 km hasta meta en la Station Des Rousses, lo que puede dar lugar a una persecución quien pierda comba en el último kilómetro. Día para probarlo y jugársela. En cualquier caso, tampoco parece que se vayan a ganar demasiados segundos. Al fin y al cabo, las fuerzas aún estarán llenas.
Col de la Biche (HC) - 10'5 km al 9%. Un bicharraco. El tramo en el que más baja es un 6%, lo que deja claro su dureza. Muy constante y, en el caso de llevar un ritmo elevado (es el primero de tres puertos de categoría especial en la misma etapa) puede dar un susto o dejar apajarado a cualquiera. Desde la primera rampa ya impone, lo que provocará un cambio brusco en las piernas, que no siempre reaccionan bien a semejante modificación en el esfuerzo.
Grand Colombier (HC) - 8'5 km al 9'9%. Agresivo, explosivo, durísimo. El Grand Colombier tiene durante tres kilómetros un promedio por encima del 10%. Una auténtica barbaridad. Uno de ellos al 14'5. Teniendo en cuenta que va encadenado al Col de la Biche, la fatiga y estragos pueden ser demenciales. Ante esta situación, si alguien pierde contacto en el puerto, puede cercenar sus opciones de vestirse de amarillo. Tiene un descansillo de un kilómetro pasando el citado tramo más duro al 3'4% antes de poner el broche a un coloso.
Mont du Chat (HC) - 8'7 km al 10'3%. Importantísimo: se llega al Mont du Chat con dos puertos de categoría especial subidos, el Col de la Biche y el Grand Colombier. Las piernas, por tanto, habrán temblado en más de una ocasión. Ascensión realmente dura donde el primer kilómetro es el más suave… al 7'5%. Para echarse a temblar otra vez. Muy constante, sin descansos, al contrario que el Grand Colombier. Tras ese primer kilómetro no baja del 9% en el resto de la subida, con 4 km consecutivos al 10% o más. Bárbaro. Se subió en el Dauphiné y marcó diferencias. Será clave en el Tour de 2017.
Port de Balès (HC) - 11'7 km al 7'7%. Un clásico del Tour. Gran puerto, con rampas duras pero también un par de descansos, a la mitad del puerto. Descansos contraproducentes, porque entre ellos se intercala un kilómetro al 10’1%, que rompe las piernas. Le siguen, de nuevo, rampas bruscas, pero lo cierto es que el puerto está demasiado lejos de meta como para que tenga siquiera la mitad de impacto que podría. Su rol será dejar las piernas maduras para las dos últimas ascensiones.
Col de Peyresourde (1ª) - 9'7 km al 7'8%. Con el Port de Balès en el cuerpo, el puerto se hace más duro. Ascensión constante, tendida, pero sin tramos por encima del 9%. Si el cansancio hace mella, es un puerto que invita a atacar, a los cambios de ritmo y a sacar tiempo. Duro, pero no un categoría especial. Pero, al contrario de lo que pueda parecer, puede dar mucho juego a la carrera que otros puertos superiores.
Col de Peyragudes (2ª) - 2'4 km al 8'4%. La extensión del Peyresourde. Aquí ganó Alejandro Valverde en 2012. Tiene las rampas duras que no posee el anterior, con un último tramo al 13% y máxima del 16%. Efímero, pero agónico después de tantos kilómetros. Una coletilla que puede dejar más de alguna diferencia que otros grandes puertos. No alza la voz, pero pega con el mazo, que diría Perico.
Col de Latrape (1ª) - 5'6 km al 7'3%. Tras el primer kilómetro empieza lo más exigente, incluido un tramo al 10'6%. Constante, en torno al 7%, donde se puede organizar algún movimiento en una etapa tan corta que la experiencia dicta que se disputará a una velocidad endiablada. Si hay emboscadas, ésta puede ser una etapa donde sorprender, porque lo que es la lógica, asume que será todo lo contrario.
Col d'Agnes (1ª) - 10 km al 8'2%. Un puerto exigente, muy constante, aunque no con rampas que desgarren las piernas. Baja al 6'4% en la parte final antes de volver a subir en el último kilómetro. Está en el límite de ser un categoría especial, lo que refleja su entidad. Otro puerto donde poder organizar emboscadas en la etapa o ver cómo van los rivales. Pasarlo sin más será un error.
Mur de Péguère (1ª) - 9'3 km al 7'9%. Último puerto del día en la concatenación de primeras. El porcentaje medio es engañoso, como su longitud. En realidad, el principio del puerto es de segunda categoría, con los tramos más duros superando el 6%. La cosa cambia a partir del séptimo kilómetro. A partir de ahí, eternos dobles dígitos, con rampas del 18% y el 16%, antes de encarar la bajada. Zona donde uno se clava y va cayendo gota a gota. Puede dejar filtrados a los distintos favoritos y luego afrontar en condiciones precarias el tramo de descenso y llano hasta meta. Puede ser una etapa antológica.
Côte de Saint-Pierre (3ª) - 570 m al 9'6%. No hay mucho que añadir a estos datos. Subida en la localidad de Rodez que dejará, quizás, alguna diferencia, pero no demasiadas. Si la general está apretada, puede provocar cambio de líder con las bonificaciones.
Col de Peyra Taillade (1ª) - 8'3 km al 7'4%. Un puerto de segunda categoría que pasa a ser un primera por dos kilómetros bestias al 9'8% y al 12'1%, con una máxima del 14%. No es el puerto más duro que habrá en el Tour y está lejos de meta. De nuevo, la invitación es a jugársela en el descenso.
Col de la Croix de Fer (HC) - 24km al 5'2%. No son las pendientes lo que lo hace un puerto de categoría especial, es su tremenda longitud, de casi 25 km, que supone un esfuerzo prolongado. Ello lo agrava, sobre todo, un tramo inicial realmente duro, donde es clave dejar a los rivales. Después hay un descanso de 4 km y de nuevo otra escalón con las mayores rampas, donde ya se supera el 10% en algunos tramos. La pendiente es irregular, no es constante. Eso es lo que provoca que su desnivel medio baje. Ya en el tramo final vuelve a tener porcentajes del 8% aproximadamente, pero su situación en la carrera no le dejará jugar mucho más. Será una buena forma de tener las piernas cansadas ante de los otros dos puertos que habrá por delante. No debe olvidarse que se sube en la 18ª etapa.
Col du Télégraphe (1ª) - 11'9 km al 7'1%. Puerto tendido, de casi 12 kilómetros, pero con porcentajes lejanos a los grandes puertos. Los tramos oscilan entre el 6% y el 7%. Al estar ya en la tercera semana, pueda pasar más factura, pero teniendo el Col du Galibier por delante, tampoco nadie se arriesgará salvo que lo tenga muy en contra.
Col du Galibier (HC) - 17'7 km al 6'9%. Hay que quitarse el sombrero para saludar a un señor puerto. Su media engaña, porque son muchos kilómetros en ascensión. Lo mejor de este puerto es, sin duda, que concentra lo más duro en el tramo final, siendo el último kilómetro el más empinado, al 10%. Y una cuestión que no es baladí, se trata de una montaña de 2.642 metros de altura. La falta de oxígeno aprieta las piernas. Temido, seguro. La faena, que no es final en alto. De haberlo hubiera sido uno de los magistrados del Tribunal Constitucional del Tour. Desaprovechado absolutamente.
Col de Vars (1ª) - 9'3 km al 7'5%. Puerto duro y alto. Apenas el primer kilómetro y otros 500 metros a mitad de descanso. A partir de ahí no baja del 8%. Constante y tendido. Puede pasar facturas al ser ascensión con las piernas ya muy gastadas. Será exigente preludio al Izoard.
Izoard (HC) - 14'1 km al 7'3%. El último gran puerto del Tour. Empieza con relativa suavidad, pero a partir del octavo kilómetro cambia por completo y pasa a tramos duros, que alcanzan el 10% y que no da respiro. El Tour estará en juego salvo diferencias abismales. Aquí se dará el último golpe a expensas de la contrarreloj de Marsella. En ese tramo final las diferencias a marcar pueden ser importantes. Puerto ideal para acabar.