El descenso matemático culmina una temporada horrorosa

El descenso matemático firmado por el Granada CF el sábado en Anoeta culmina la primera temporada del chino John Jiang como máxima accionista y presidente del club, una campaña horrorosa, cargada de errores y despropósitos, y que es ya, pese a no haber terminado, es de las más negras en la historia de la entidad.Javier Aguilera
La mala planificación, condicionada en parte porque Jiang cerró la compra del club al italiano Gino Pozzo con poco tiempo para maniobrar, y el pobre rendimiento de la plantilla, con jugadores poco identificados con la entidad y que casi nunca han ofrecido lo esperado de ellos, son los pilares sobre los que se ha cimentado el fracaso.
El desastre tiene muchos nombres propios. Jiang confió el área deportiva a Pere Guardiola, que nunca tuvo cargo en el club pero que fue quien colocó a Javier Torralbo 'Piru' como director deportivo y a Paco Jémez como entrenador. En la desastrosa gestión de los tres se encuentra el germen de los problemas.
Se marcharon, traspasados o cedidos a rivales directos por la permanencia, jugadores que conformaban el núcleo duro y más granadinista del vestuario, y fueron sustituidos por otros que, como el paso del tiempo ha demostrado, resultaron peores.
Los malos resultados llegaron pronto y Jémez, escudado en que no se había formado la plantilla prometida, tardó poco en provocar su destitución. Piru fue despedido también tras no ser capaz de arreglar en el mercado invernal el galimatías del estival, a la vez que Jiang perdía su confianza en Guardiola.
El técnico Lucas Alcaraz fue el elegido para reemplazar a Jémez. Pese a la falta de regularidad, durante muchas jornadas mantuvo al equipo cerca de la salvación, ejerciendo como nexo de unión entre el club y la cada vez más desengañada afición, como bandera de la posible salvación.
Las lesiones de jugadores clave, la ausencia de futbolistas con gol y la constante endeblez defensiva del plantel provocó una mala racha de resultados que acabó con la destitución de Alcaraz el día después de que en rueda de prensa defendiera a la irritada afición, repartiera culpas entre todas las partes del club y hablara de falta de aptitud en los jugadores.
De nada sirvió que el preparador hubiera sido renovado para la próxima temporada sólo unos meses antes y que Jiang lo calificara como parte imprescindible de su nuevo proyecto.
El remedio fue peor que la enfermedad, ya que le reemplazó el mítico exjugador inglés Tony Adams, hombre de confianza del presidente que había llegado a la entidad para dirigir toda la parte deportiva en enero, tras la salida de Piru.
La imagen del equipo ha ido a peor con el paso del tiempo, acumulando actualmente sólo un punto en los diez últimos partidos, firmando actuaciones muy pobres, indignas de un equipo de Primera, y descendiendo matemáticamente cuando aún faltan tres jornadas para que concluya la Liga.
Utilizar a más de una treintena de jugadores de casi veinte nacionalidades, ser el primer equipo de la Liga en formar con once inicial con jugadores de once países distintos, con y sin español, tener en el mismo curso a cuatro entrenadores -ya que también dirigió un partido el técnico del filial Luis Planagumá- y tres directores deportivos o contratar un segundo entrenador el día antes de bajar matemáticamente son, simplemente, datos que ejemplifican una planificación y una gestión esperpénticas.
Manolo Salvador, ex del Levante, ya ejerce como nuevo director deportivo de un Granada que se plantea como único objetivo para la próxima temporada regresar a Primera. Habrá otro entrenador y una plantilla prácticamente nueva.
La llegada de Jiang ha servido para que el club mejore notablemente respecto a la etapa del añorado Quique Pina en otras esferas del club, pero en lo que respecta al primer equipo las cosas no han podido ir peor.