Tragedias en el fútbol (I): De Superga a Chapecó

Nadie les hacía frente. Eran los claros dominadores del fútbol de su país y sus jugadores componían el grueso de la selección nacional. En el fútbol previo y posterior a la Segunda Guerra Mundial eran el equipo de ensueño al que nadie quería enfrentarse. Tanta fama adquirieron estos jugadores, que los grandes clubes de Europa los reclamaban para partidos de exhibición, amistosos y homenajes en sus propios feudos. Ese fue el caso del Benfica, que en mayo de 1949, los invitó a Lisboa para que participaran en el partido de despedida que el club ‘encarnado’ deseaba brindarle a Xico Ferreira.

Aquellos serían los últimos 90 minutos que disputaría aquel equipo, ya que en el viaje de vuelta, problemas meteorológicos provocaron que el avión que transportaba al club de regreso a su casa, se estrellara contra la Basílica de Superga en Turín. Ningún componente de aquel maravilloso Torino Football Club que retornaba de la capital lusa, también llamado Grande Torino por lo espectacular de su fútbol y sus resultados, sobrevivió, y desde entonces y hasta ahora, cada 4 de mayo, coincidiendo con la fecha del accidente, son miles los aficionados al Toro, los que acuden a la colina en la que se encuentra la Basílica para honrar la memoria de aquel legendario equipo.
El impacto de aquel accidente fue tal, que un año después, la selección italiana viajaría a Brasil en barco para disputar el Mundial de 1950
67 años más tarde, el recuerdo de aquella mítica squadra sigue vivo no sólo en los libros de historia, sino en las mentes de los habitantes más antiguos de Turín y en los corazones de todos los aficionados ‘granatas’. Franco Ossola es un claro ejemplo. Su padre, también llamado Franco, falleció en aquel trágico accidente cuando su hijo aún no había nacido, pero a pesar de esta circunstancia, su primogénito, que también se convirtió en deportista de élite con el paso de los años, no ha cesado nunca en su empeño de mantener vivo el recuerdo a aquel maravilloso equipo.
Según confiesa Franco Ossola a ElDesmarque través de los testimonios que ha podido ir recabando con el paso del tiempo, su padre era “un jugador astuto y sin gran físico, pero con mucha técnica”. “De hecho era el jugador más técnico de todo el equipo”, se atreve a concretar.
En su celo por mantener vivo el recuerdo de aquel equipo, Ossola ha redactado algún libro a través de los relatos que le han ido contando tanto sus familiares más mayores como algunos de los miembros de aquel equipo que no se montaron en ese avión. Es el caso de Sauro Tomà, que actualmente tiene 91 años. Tomà no viajó a Lisboa por una lesión en su rodilla y ha hablado en numerosas ocasiones con él sobre el accidente. "Se acuerda de todos sus compañeros y detalles del accidente a pesar de su edad", asegura.
Lando Macchi, que actualmente tiene 86 años, no se montó en ese avión por problemas burocráticos, pero no dudó en afirmar al diario italiano La Reppublica, que “aquella no fue mi tragedia, pero ha marcado mi vida entera”.  Lando, que debutó ese mismo año con el primer equipo del Torino, perdió en aquel vuelo a su mejor amigo: Rubens Fadini. “Tenía tres años más que yo y estábamos siempre juntos. Antes de ir a entrenar nos íbamos a una tienda y comprábamos un cigarrillo que fumábamos a medias. Después de la catástrofe, su novia venía a verme todos los días”.

Desde Turín con el Chapecoense

El pasado 28 de noviembre, el trágico accidente de avión en el que se vio envuelto el Chapecoense brasileño, hizo que toda la ciudad de Turín reviviera lo acontecido en mayo de 1949. “Ha sido como retroceder en el tiempo y reabrir una herida”, confiesa Ossola a ElDesmarque. "Cuando llegó la noticia del accidente, muchos aficionados del Torino organizaron misas y funciones religiosas para mandar sus oraciones. Torino está con el Chapecoense en alma y espíritu. Les recomiendo tener el recuerdo siempre vivo de aquellos que han fallecido como sucede aquí en Turín. Cada año cuando llega el cuatro de mayo, son miles los aficionados del Toro que acuden a la basílica de Superga a recordar a aquel equipo", comenta Franco."El accidente del Chapecoense ha sido como retroceder en el tiempo y reabrir una profunda herida"
Desde Turín, Franco Ossola reclama ayuda para el club brasileño, ya que “un equipo completamente anulado por la muerte debe de ser ayudado. La federación y los otros equipos deben de ayudar a que este equipo se vuelva a poner en marcha con el recuerdo de los fallecidos". "El Torino tenía una cantera muy buena que sustituyó a los titulares fallecidos en algunos partidos y un presidente que amaba al club. El presidente se dejó ayudar por la federación y otros equipos le prestaron jugadores", concluye Ossola.
Han sido y siguen siendo numerosos los ejemplos de solidaridad y apoyo que está recibiendo el club brasileño desde el accidente, empezando por el organizado por Atlético Nacional, que debía de disputar la final de la Copa Sudamericana con Chapecoense, pero que decidió cederles el título. También emotivo fue el gesto de Atlético Mineiro, que debía de disputar la última jornada de la Serie A contra el equipo verdao, pero que decidió no presentarse al partido y exponerse a una multa económica.
A raíz del accidente de Superga, el Torino forjó una gran relación con el River Plate argentino. El club bonaerense viajó, con Alfredo Di Stéfano encabezando su expedición, a Turín, pocos días después del accidente, para rendir homenaje a los fallecidos disputando un amistoso ante un equipo compuesto por jugadores de la Serie A.
En agradecimiento, pocos años después, el Torino cambió los colores de su uniforme visitante, y a partir de entonces, lució una camiseta blanca con una raya transversal roja, imitando a la que habitualmente usa el club argentino. Además, el equipo italiano envió camisetas ‘granatas’ a River Plate, usándolas éstos como camiseta alternativa desde entonces y hasta la actualidad. Ante situaciones como estas, sigue demostrando que es mucho más que un simple deporte.