Carlos Alcaraz se toma con humor que le griten “pedazo de mierda” en Roma por no pararse a firmar autógrafos
Carlos Alcaraz ya está en Roma. El número dos del mundo llega al Foro Itálico para disputar su primer torneo en la ciudad. El murciano aterrizó este jueves tras recoger el premio Laureus como deportista revelación en París. Tras ganar en Madrid, el de El Palmar debutará este sábado contra su compatriota Albert Ramos-Viñolas. Solo con saltar a pista ya conseguirá el número uno. Independientemente del resultado.
Una vez que se quitó el chándal rosa con el que llegó al torneo, el murciano encarriló las instalaciones para realizar el primer entrenamiento de su carrera en Roma. Y menudo recibimiento. Durante ese trayecto, el murciano escuchó que le gritaban “pedazo de mierda” al no pararse a firmar autógrafos. Un grito, en italiano, que provocó la pronta reacción del español. Se giró y se echó a reír. Y es que lo mejor es tomarse con humor estas cosas. Un vídeo compartido por Tennis TV.
When it's your first time at a tournament 😄@carlosalcaraz #IBI23 pic.twitter.com/1yM16svZna
— Tennis TV (@TennisTV) May 11, 2023
Carlos Alcaraz y la polémica con los autógrafos
El español fue criticado en Barcelona por no firmar autógrafos. Al ver que varios aficionados se agolparon alrededor suyo, el propio Carlos tuvo que pedir calma. Desafortunadamente, varias personas se quedaron sin su firma. Un gesto que fue criticado en redes sociales. Aunque, un día después el propio Alcaraz zanjó la polémica.
El actual número dos del mundo sacó su propio rotulador del bolsillo para atender a varios aficionados durante el Godó. Una reacción que llegó horas después de haber visto como en las redes sociales había recibido todo tipo de críticas. Y es que siempre que ha podido parar, el murciano siempre ha atendido a los aficionados.
Incluso a la salida del partido contra Bautista en el Conde de Godó, tuvo que pedir que la gente no empujase porque si no iban a tirar la valla. Aún así, el español atendió a todos los aficionados mientras enfilaba el camino de vestuarios.
