Los sueños de arcilla de Garbiñe Muguruza

Tras derrotar a la italiana Flavia Penneta por 6-3 y 6-4 en octavos de Roland Garros, la española Garbiñe Muguruza, de 21 años, dibujó un corazón para la cámara de televisión y al lado escribió: "Love Paris".Javier Albisu
Lo hizo porque en la arcilla de París reside la clave de su ascenso tenístico, tras pasar en los últimos doce meses del puesto 35 al 20 del ránking de la WTA y alcanzar por segunda vez consecutiva los cuartos de final del torneo.
Muguruza, que se medirá este martes contra la checa Lucie Safarova, 13ª mejor raqueta del mundo a sus 28 años y verdugo en octavos de la rusa Maria Sharapova, comenzó a darse cuenta en París de que podía plantarle cara a las grandes jugadoras.
Fue hace ahora un año, tras derrotar en segunda ronda de Roland Garros a la intratable Serena Williams para caer en cuartos contra la todopoderosa Sharapova en un partido a tres sets en el que rozó la victoria ante la experimentada rusa, a la postre campeona.
"Tiene mucho potencial", dijo entonces Sharapova, cuando a Muguruza aún le costaba demasiado controlar los finales de set, se dejaba atenazar por los nervios y colmaba de errores no forzados su tenis directo y poderoso.
Un año después, con 21 años y la misma sonrisa sempiterna en los labios, la española ha aprendido a atemperar sus emociones y a administrarse mejor. No ha firmado una gran inicio de temporada, aunque ha cosechado victorias importantes contra Halep, Jankovic, Radwanska o Carla Suárez. Y aún regala puntos, como los 34 errores no forzados frente a Pennetta.
Pero Muguruza vuelve a ser cuartofinalista de Roland Garros, a pesar de que aún titubea al arrancar los partidos. Le pasó en tercera ronda contra la alemana Angelique Kerber, una especialista en tierra batida, y le ha ocurrido también en octavos contra Pennetta, que llegó a acumular una ventaja de 0-3 y 1-4 al inicio de cada manga.
"Es un tema de nervios. Las buenas tienen los nervios al principio más que al final. Mientras tenga nervios al principio y al final saque su mejor tenis, que sea así cada día", analiza su entrenador, Alejo Mancisidor.
Muguruza basa su tenis en su servicio y en un potente golpe de derecha que, en teoría, se acomoda mejor a las superficies duras. Y sin embargo, es en la tierra de París donde llena el depósito de buenas sensaciones para el resto del año.
"Los que hemos jugado en tierra, esa sensación de cuando eres pequeño, que sufres, que pasas bolas... Los españoles llevamos dentro la tierra", comenta la caraqueña tras imponerse ante Pennetta, 28ª en el ránking de la WTA.
Ahora se medirá contra Safavrova, sin jornada de descanso de por medio para recuperar un día de retraso que la lluvia le robó al calendario. En semifinales se enfrentaría contra la vencedora del duelo entre la serbia Ana Ivanovic y la ucraniana Elina Svitolina.
"El cuadro lo dejé de mirar hace dos años y medio porque no vale la pena. Cada vez está todo más igualado. Si la número 25 gana a la cuarta es porque está jugando bien", razona una chica perfeccionista que de niña admiraba a Serena Williams y Pete Sampras.
Será su primer partido contra Sarafova, que hoy sacó un tenis agresivo para inclinar sin contemplaciones a la cabeza más robusta del circuito femenino. Es precisamente en el territorio de las emociones donde Muguruza debe conquistar el pase a su primera semifinal de un Grand Slam.
"El año pasado aprendí que en esas rondas da igual que juegues bien, porque yo jugué un partidazo (en cuartos contra Sharapova) y ella se llevó el tercer set. Son partidos muy mentales", asegura una jugadora que sabe que en la plomiza tierra batida hay que tener paciencia y no caer en la "histeria".
Sabe cuál es la receta para subir un peldaño más en la escalera de la excelencia y repite la fórmula de carrerilla: "Ser tú siempre la que intente dominar el punto, que tú mandes el partido. Tomarte tu tiempo, pensar, intentar no despistarse y jugar cada punto a conciencia", enumera.
Su entrenador, que augura un partido abierto porque ni la diestra española ni la zurda rusa tienen mucho que perder, dice que la estrategia a largo plazo consiste en que "poco a poco tenga menos errores".
"Llevamos años trabajando en que dependa mucho más de ella. Las buenas, casi todas dependen más de ellas", dice el preparador, natural de Irún.
"Voy a darlo todo y más para ganarlo", asegura Muguruza, la única esperanza femenina del tenis español tras la eliminación de Suárez, su compañera del doble. De hacerlo, marcará un nuevo hito en una prometedora carrera, que esconde tantas trampas dentro como fuera de la cancha.
Consciente de ello, la joven tenista recibe gustosa consejos de las dos referencias del tenis español femenino, Conchita Martínez y Arantxa Sánchez Vicario para afianzar su progresión.
"En la pista es donde sabes lo que hacer, el problema está fuera", le repite Arantxa, ganadora de cuatro títulos individuales de Grand Slam. EFE.