Santos: "La pena no es no clasificarnos para el Mundial sino el daño a rugby"

Santiago Santos, seleccionador español, dijo este domingo, al término del encuentro en el que Bélgica se impuso a España por 18-10 en Bruselas, que la pena no es que su equipo no haya logrado el pase directo al Mundial de 2019 en Japón, sino "el daño al rugby".Santos subrayó que aún queda "la repesca" e hizo hincapié en que el arbitraje, a cargo del rumano Vlad Iordachescu, ha sido "muy tendencioso, poco neutral".
"Sabíamos que iba a ser complicado, pero ha sido más complicado de lo que esperábamos", señaló Santos, que insistió en que no se pueden valorar los elementos tácticos del partido en Bruselas porque los Leones no tuvieron la ocasión de entrar en el juego.
"Es complicado que los jugadores puedan mantener la cabeza fría cuando están siendo penalizados en exceso", indicó el seleccionador.
Santos hizo hincapié en que "hoy no ha perdido España. Hoy ha perdido el rugby".
El capitán de la selección española, Jaime Nava, coincidió con el seleccionador en que "España no ha podido jugar" en el partido de hoy.
"Hemos llegado muy bien preparados a este partido, anímicamente sabíamos que teníamos que estar lo más centrados posible", dijo Nava, que añadió que, sin embargo, poco a poco los jugadores fueron "anulándose ellos mismos" por culpa de un colegiado que ha estado "incomodando" y no dejó jugar al equipo español.
De cara a las próximas semanas, el capitán de la selección dijo que no les queda otra que levantarse, como ya han hecho otras veces.
"Que tiene que ser por el camino largo, muy bien, que sea por el camino largo (...) vamos a intentar dar vuelta a esta página en la medida de lo posible", señaló.
Nava pidió perdón por la persecución que protagonizaron los jugadores españoles al colegiado al acabar el encuentro.
"Soy capitán y pido perdón por la persecución al árbitro. Esa imagen final no se corresponde ni con el deporte ni con los valores de este equipo", indicó.
Al término del encuentro disputado en el Petit Heysel de Bruselas ante unos 2.000 espectadores, los jugadores españoles protestaron al árbitro, incluso con malas maneras y casi hubo tangana.
El colegido rumano Vlad Iordachescu tuvo que salir del césped protegido tras ser perseguido por algunos de los componentes del XV del León.
Los belgas festejaron la victoria como si hubieran ganado el Mundial, aunque nada se jugaban.