República Checa, la estrella es ahora el grupo

Javier Villanueva,Viena, 15 ene (EFE).- Sustentada durante años en la figura superlativa de Filip Jicha, la selección checa se ha visto obligada por la retirada del exjugador del Barça y ha dado un giro radical a su juego, en el que ahora el colectivo es la estrella.,Un cambio de filosofía que de momento no le ha podido ir mejor al conjunto checo, que logró en el Europeo disputado hace dos años en Croacia su mejor clasificación en una cita continental, al concluir en una meritoria sexta plaza.,T

Javier Villanueva

Viena, 15 ene .- Sustentada durante años en la figura superlativa de Filip Jicha, la selección checa se ha visto obligada por la retirada del exjugador del Barça y ha dado un giro radical a su juego, en el que ahora el colectivo es la estrella.

Un cambio de filosofía que de momento no le ha podido ir mejor al conjunto checo, que logró en el Europeo disputado hace dos años en Croacia su mejor clasificación en una cita continental, al concluir en una meritoria sexta plaza.

Todo un ejemplo de las posibilidades de un equipo que ha sabido cubrir el vacío dejado por Jicha, apelando al espíritu colectivo y capacidad de sacrificio de un grupo, en el que conviven veteranos curtidos en múltiples ligas europeas con jóvenes que buscan hacerse todavía un nombre en el panorama internacional.

Un éxito que se debe en gran medida a la presencia en el banquillo de dos referentes del balonmano checo, los exjugadores Jan Filip, máximo goleador histórico de la selección, y Daniel Kubes, que hizo carrera como defensor en la Bundesliga alemana en la que militó, entre otros equipos, en el Kiel, con quien se proclamó campeón de Europa en los años 2010 y 2012.

Filip y Kubes, que se hicieron cargo del equipo nacional en el verano de 2014, han sido los encargados de comandar el cambio de filosofía de una selección que no ha dejado de crecer desde su llegada, pese a quedarse fuera del pasado Mundial de Alemania y Dinamarca, tras perder ante Rusia en la eliminatoria de clasificación.

Un tropiezo del que la República Checa se resarció con su presencia en este Europeo, tras concluir la fase de clasificación como primer clasificado del grupo 5 por delante de selecciones como Bielorrusia o Bosnia.

Resultado incomprensible sin el concurso del central Tomas Babak, el jugador destinado a convertirse en la nueva referencia de la selección checa y que debuta en esta cita en una gran competición internacional, tras perderse el último Europeo por una inoportuna lesión en un codo.

Babak, que milita en el Bergischer alemán, no podrá contar en esta ocasión con la colaboración de su habitual socio, el pivote Leos Petrovsky, que ausente por lesión, dejará a Filip y Kubes huérfanos de uno de sus jugadores claves.

Ausente Petrovsky, el juego del conjunto checo se concentrará en sus jugadores de primera línea, donde los checos esperan poder recuperar la mejor versión de Ondrej Zrahala, que castigado por las lesiones no ha vuelto a recuperar el nivel que le llevó a convertirse en el máximo goleador del Europeo de Croacia 2018.

Una circunstancia que ha hecho ganar mayor peso en el juego ofensivo del equipo centroeuropeo a los jóvenes Dieudonne Mubenzem y, sobre todo, a Stanislav Kasparek, que intentará confirmar en esta cita las enormes expectativas que generó hace dos años en Croacia en su debut internacional.

Algo que no pasó desapercibido para el entrenador del Szeged húngaro, el español Juan Carlos Pastor, que no tardó en reclutar a la joven "perla" checa para su equipo, donde comparte vestuario con los internacionales españolas Joan Cañellas y Jorge Maqueda.

Kasparek, de 23 años, no es el único jugador checo que milita en uno de los grandes del balonmano europeo, un privilegio del que también goza el lateral Pavel Horak, jugador del Kiel alemán, y que ejerce como líder absoluto de la defensa checa.

Una tarea en la que también juegan un papel fundamental los porteros Tomas Mrkva y Martin Galia, que se ha convertido hasta ahora en el principal argumento de la República Checa en este Europeo, con sus brillantes actuaciones ante Macedonia y Ucrania.

Fortaleza defensiva que permite brillar en el contraataque a los extremos Jakub Hrstka y Tomas Cip, que tras sobresalir durante muchísimas temporada como un excelso goleador con el TATRAN Presov, un habitual en la Liga de Campeones, cambió este curso el equipo eslovaco por el Baia Mare rumano.

Mimbres con los que la República Checa tratará de repetir la sexta posición que logro en el último Europeo, algo que se antoja complicado, tras acceder a la segunda ronda del torneo con dos puntos menos que España, Croacia y Austria.