Cuarentena sin fútbol, Día 8: El negocio de las mascarillas

Otro día más en casa por el maldito coronavirus y vamos bien. Esto de vivir en un chalecito con jardín va a ser posible mis intenciones de hacer deporte cada día. El jardín y tener a niños impacientes las 16 horas del día que están despiertos. Fútbol, voleibol, penaltis y sudar como hacía tiempo que no sudaba. Incluso están las bicis para dar un paseíto por dentro del chalet.

Mientras tanto, uno sigue atónito las comparecencias públicas de los dirigentes españoles. Por decir un lema, matar el virus es difícil, porque los que mandan están dando lecciones de lo que no hay que hacer en tiempos de crisis. Un ejemplo es el tratamiento sobre las mascarillas, que al fin y al cabo se ha convertido en un negocio.

Les cuento un ejemplo: mi mujer, farmacéutica, intentó comprar un puñado de mascarillas hace unas semanas a un precio muy razonable, junto con muchas más farmacias. Horas antes de hacer el pago la distribuidora de mascarillas se subió a la parra, pidió el doble del dinero y una cantidad muy alta a abonar en minutos en su cuenta bancaria. Deleznable.

Luego ves en diferentes casas de compra-venta online cuánto valen las preciadas mascarillas. Y te echas las manos a la cabeza. Multiplican muchas hasta por 10 el valor que tenían antes de que se iniciara toda esta crisis. También aprovechando el miedo de la gente, que sigue sin entender que las mascarillas están para los enfermos y para aquellas personas que están en contacto de verdad con los enfermos. Si tienen alguna, guárdenla para los sanitarios o si algún familiar puede contraer el virus con mayor facilidad.

Hay más. El negocio de las mascarillas ha llegado hasta al Gobierno. En Andalucía hay muchas quejas sobre una partida muy importante que iban con destino a los diferentes hospitales de la comunidad y que finalmente fueron reclutados por el Estado. Irían para Madrid, digo yo, o para los sitios donde más les interesan que lleguen a los que mandan. Así es la vida. Al final, como el poder, el dinero lo es todo para muchos.