Ya va siendo hora de hablar del entrenador

"Estamos en pretemporada". La frase más recurrente en todo equipo de fútbol cuando los amistosos previos a la competición real no salen como uno esperaba. La mejor manera de evitar la critica periodística y el cabreo del aficionado. Como excusa es macanuda. Como explicación no siempre. Porque si le preguntamos a cualquier jugador del mundo (o a cualquier entrenador) de puertas para adentro, te dirán que como se crece más y mejor es con las victorias. Que lo que cansa no son los partidos, si no las derrotas… tan viejo como el fútbol.

Así que, sin dramatizar porque lo único cierto es que efectivamente estamos en pretemporada, diré que esperaba más que lo visto hasta ahora en el Valencia CF. Y he aguardado hasta hoy para escribir al respecto porque creía prudente no hacerlo hasta que quedaran un par de semanas para la previa y ya con muchos minutos de trabajo en las espaldas de Nuno y su plantilla. Y como el Torneo de Colonia debía ser ya un punto de apoyo sobre el que empezar a mirarse, es buen momento para empezar a opinar. Siempre manteniendo que al ser pretemporada ningún análisis será 100% acertado. Quizás ni acertado a secas.
Si otorgamos categoría de nivel medio a Werder Bremen, Southampton, Colonia o PSV, y nivel alto y muy alto a Oporto y Bayern, pocas cosas que llevarnos a la boca. El Bayern -el mejor de todos los rivales de esta pretemporada- te ganó cómodamente pero ese partido estaba viciado por un viaje dantesco que se inventó el club para ganar dinero, prestigio y presencia en Asia, pero nada bueno en lo deportivo. Los futbolistas del Valencia jugaron contra un rival enorme, en una fase mucho más avanzada de preparación y contra un jet-lag de caballo. Massa para la carabassa. No exculpo el 4-1, pero lo entiendo perfectamente.
De los partidos ante ingleses, alemanes y holandeses, dos victorias mínimas y un empate. Todos ellos con poca exigencia defensiva pero también poca producción ofensiva. Los rivales no aprietan gran cosa por su nivel pero las ocasiones a favor tampoco caen como churros. Asuntos ya vividos la pasada temporada. El Valencia del pasado curso era muy sólido atrás y le faltaba construcción en el ataque. Y en eso veo pocos cambios. Buena noticia mantener el nivel atrás (si Otamendi sigue será todo mucho más fácil) y mismas dudas sobre la brillantez arriba fruto de los arquitectos en el medio. Y esto no lo arregla el regreso de André Gomes, que ya estaba el año pasado a gran nivel y también ocurría.
Y luego está la otra derrota; la del domingo pasado ante el Colonia. Es, en mi humilde opinión, el gran borrón de la gira. Pero más que mirar a los jugadores, yo miro en este caso al banquillo. Nunca entendí cuando los técnicos -y lo hacen casi todos- utilizan las pocas pruebas que tienen en pretemporada para formar equipo titular sacando onces que jamás utilizarán durante la temporada. Y eso es exactamente lo que hizo Nuno. Si contamos con que cada entrenador tiene su ‘quince’ titular y le sumamos que la previa de la champions está a 15 días vista, no acabo yo de entender por qué Nuno puso en el campo un equipo plagado de los suplentes habituales más jugadores del filial que no tendrán puesto cuando empiece la Liga. No digamos ya cuando llegue la Champions. Lo normal, en mi opinión, habría sido que entre sábado y domingo (Oporto y Colonia) se hubieran repartido los minutos los del ‘quince tipo’ de Nuno acompañados de los algunos de los habituales suplentes mezclando así un once titular siempre de alto nivel. Pero Nuno eligió jugar con los titularísimos ante el Oporto y el resto de plantilla para el Colonia. Los del sábado compitieron ante los de Lopetegui (estuvieron más cerca de perder que de cualquier otra cosa) y los del domingo sucumbieron ante un rival menor. Entre otras cosas porque ni juegan nunca juntos ni lo harán durante el año. En la segunda parte quiso rectificar con algunos de los ‘titulares’ pero ya no dio tiempo. Para mi falló la mezcla. Nuno sabrá.

Pero todo esto no pasaría de la anécdota si no fuera porque el partido más importante de la temporada de aquí a final de año llega en apenas dos semanitas; la temida previa de la Champions. Que se lo digan al Nápoles de Benitez, al que las bolitas emparejaron el año pasado con el Athletic y de buscar la Champions acabaron jugando la Europa League. Y viendo el nivel de los posibles rivales del Valencia, no es ninguna broma si te toca Lazio o Mónaco con este fútbol del Valencia todavía de ir por casa. La caprichosa suerte del bombo puede facilitar mucho el pase a la fase de grupos o meter al Valencia en una eliminatoria muy dura todavía mediado el mes de agosto. Y no vemos al Valencia de hoy al 100% preparado para grandes batallas europeas.
Entiendo a aquellos que, ante mis sinceras opiniones de lo que estoy viendo del Valencia CF, confronten una cara más positiva aduciendo aquello de que estamos en pretemporada, que son pruebas, ensayos y que realmente será la competición la que nos permitirá valorar la realidad en su justa medida. Pero no es menos respetable valorar lo que hoy tenemos. Ser realista con lo que uno ve no es malo y ser optimista pensando en lo que vendrá tampoco. Pero la realidad es la que hay. No la que habrá.

Quiero ver un buen Valencia frente a la Roma

Queda la Roma en el ‘Taronja’. La última prueba. Frente a tu gente. Y frente a un buen rival, aunque los italianos no suelan morir por estos torneos fuera de sus estadios. El sábado no será decisivo, pero si más ilustrativo de lo que tenemos sobre la mesa de la previa. Y espero un equipo ya maduro, con chispa y velocidad. Competitivo y que construya juego. Que defienda como hasta ahora pero que aporte soluciones ofensivas. Sobre todo que el centro del campo cree fútbol y lleguen oportunidades para que rematen los delanteros. Sean uno o dos.
Es lo que más echo en falta desde la llegada de Nuno. Junio de 2014. Y los refuerzos (que no son la oficialización de fichajes de jugadores que ya estaban en la plantilla anterior) no han solucionado ninguno de esos problemas. Pero de la configuración de plantilla por el nuevo Manager General del Valencia ya hablamos otro día. Que agosto es muy largo y la lista es corta.