Me gusta el fútbol, me gusta Melendi

Mi hijo está enamorado de Melendi. Con apenas seis años se me ha vuelto un gruppie de tomo y lomo, y no es que a mí no me guste cómo canta el asturiano, pero me resulta tan extraño y divertido a la vez tener un enano que apenas levanta unos palmos del suelo cantando eso de tu “Jardín con enanitos” , "Lágrimas desordenadas" o “Barbie de extrarradio”…

El tema de la música es, además, el nuevo campo de batalla en el que mi mujer y yo peleamos por encauzar la educación de nuestro hijo hacia un sentido u otro. Ella potencia su vertiente más artística, yo la más golfa, brutota y deportiva del cantante ovetense. Así que, en un alarde de estrategia que ríete tú de Napoleón, me he bajado en Itunes una canción de Melendi que se titula “Me gusta el fútbol” y que se la voy a poner constantemente a Víctor porque, además de que me gusta la tonadilla, tiene un par de estrofas con las que me identifico plenamente y que van dirigidas a todas aquellas y aquellos raqueles que a veces no entienden porqué celebramos el gol de Mustafi como si fuera la final de nuestras vidas.
Ell@s, deben saber que esto del fútbol (cito) “No es cosa de niños, ni es cosa de viejos, es el deporte de reyes con corazón de obrero, es una afición que llora de alegría…” . Es, por tanto, algo más. Es lo que me ha tenido todo el fin de semana nervioso, emocionado, disfrutando cada minuto hasta que llegó el partido del Atlético sabiendo que sumar valía después de que el Madrid cayera.
Pero, además, -Melendi dixit-, querida esposa, “me gusta el fútbol porque soy dios en casa por un dia” y, aunque reconozco que gracias a Tebas ahora hay partido todos los días y casi a todas las horas, “no quiero perderme nada del domingo y su jornada ni mucho menos un gol”.
Piensa, amor mío, que el Valencia, más de una década después, vuelve a esta ahí, en la pomada, peleando por todo, por nada, pero siendo protagonista... Peleando, que es mucho. Dando la cara en estadios como el Calderón. 
Y yo, que cómo el ídolo de mi hijo, también recuerdo “el primer dia en que fui con mi padre” y que “senti por mi cuerpo un dulce cosquilleo  cuando el fondo norte gritaba el oeo” no puedo olvidar todas las cosas buenas que he vivido y conocido gracias al fútbol. Es difícil quitarme la sensación de abrazar a Manu y a Álex en ElDesmarque con el empate. Porque gracias al fútbol aprendí lo que es la solidaridad, la humildad ante el veterano; el sentimiento de pertenencia a algo con la celebración de los títulos; la angustia por el tiempo que se consumía cuando no llegaban el 1-1 y la ansiedad porque los minutos pasaran cuando tenías el premio atado pero se te podía escapar.
Porque, Raquel, en este fin de semana en que he estado más taciturno que de costumbre, tu hijo y yo hemos pasado de acariciar el título a ver muy lejos la tercera plaza, para acabar celebrando el empatito como si fuera un empatazo. Pero este domingo que fue el día internacional de la mujer, sé que sólo vosotras nos entendéis y acunáis desde que nacemos hasta que morimos, y por eso entiende mi ironía y mi crítica como un homenaje a ti y a todas las raqueles del mundo. (Por supuesto, a ti también mamá)
Sin embargo, y porque palabras como Amunt, patiment y Sentiment adquieren todo su sentido en noches como la del Calderón, querida mía, arroja la toalla. Esta semana, y más tras la derrota del Madrid y la victoria del Valencia en el Calderón ya se pueden imaginar a quién va a hacerle más caso mi hijo Víctor … Feliz semana.
David Torres
Delegado de ElDesmarque Valencia