¿Cambio de ciclo en el Athletic? Ez, ezkerrik asko!

El debate no es nuevo en el Athletic Club, de hecho impregna la atmósfera zurigorri desde hace ya meses: el mister de la temporada 2017-2018. Es indudable que a la trayectoria deportiva de nuestro primer equipo no le está afectando, pues está como un tiro. Ocho victorias en los últimos 10 partidos. Cuatro victorias en los últimos cinco fuera, la fortaleza a domicilio demandada tras una nefasta primera vuelta en este aspecto, y sin perder consistencia como local.

Un equipo en el mejor momento de la temporada, que incluso ha aguantado la presión de jugar tras conocer que los rivales han hecho los deberes, y que no se puede permitir el fallo para lograr el mejor puesto posible, dando la impresión de que si esto durase más, el bajón de alguno de arriba facultaría mirar objetivos más ambiciosos.  El repetido debate, tanto en Lezama como en la Sala de Prensa Jose Iragorri, que con cintura trata de lidiar nuestro míster, Ernesto Valverde, no está afectando a nuestros jugadores en la misma medida que les lastró durante la temporada el simultanear competiciones. Liberarse de la presión de competir en Europa ha coincidido con un aumento exponencial en juego y números en nuestro itinerario liguero.  O plantilla o gestión de la misma, no nos han dado para competir esta vez a la altura en Europa, que ha sido sin género de dudas la competición donde más decepcionados nos sentimos. Y tras salir de la Europa League, y con el objetivo claro de volver una temporada más, el equipo ha centrado los tiros e incluso varios de los jugadores parecen irreconocibles respecto al nivel dado hasta entonces.  Demos mérito tanto a entrenador como a preparador físico, pues es habitual que las segundas vueltas sean mejores que las primeras, y parece que si hubiese una mayor calidad y amplitud de plantilla, paralela a un reparto distinto en cuanto a minutos y protagonismo entre los veintitantos que la componen, pudiéramos ser un más serio aspirante a no sólo clasificarnos año a año para Europa sino a competir en ella mejor de lo que lo hemos hecho esta temporada.  ¿Y ahora qué?  Pues en mi caso, dado que todo lo que recibimos como información los aficionados va más dirigido que nunca a una posibilidad real de que el míster decida abandonar la nave a final de temporada, lo que voy a decir es más un deseo que algo basado en algo real.  Mi deseo sería, dotar de estabilidad al proyecto y que Ernesto continúe. No atisbo mejor opción para nuestro banquillo. Espero y deseo que unos y otros sean capaces de sellar la enésima renovación, a ser posible hasta el fin de mandato de la actual directiva, por tanto, de dos temporadas. Y no sólo eso, deseo que, si como recibimos desde todos lados, la gestión, el trabajo, de Cuco Ziganda en el filial, es tan brillante, si estamos ante un gran formador, que no nos descapitalicemos, que sigamos teniendo a tan excepcional técnico de cantera, donde entiendo que es más válido y necesario.  Dejémonos de escaleras y de andar subiendo peldaños en el organigrama por pretender que cada uno sea válido para el puesto inmediatamente superior. Si uno es muy bueno en su puesto y lo movemos, posiblemente acabemos perdiendo en ambas funciones, pues el que viene posiblemente deje de desempeñar la función para la que más suma y le perdamos para ambas a medio plazo.
Con ello, dejar claro que para mí las  decisiones de entrenador para primer equipo y segundo deben desvincularse. Si por desgracia Valverde nos deja, mi solución no estaría en subir al técnico del filial y que su hueco lo ocupe el del Basconia, y el de éste el del juvenil y así sucesivamente.  El banquillo del Athletic debe tener un perfil claro, a mi modo de ver el de Valverde, y sino, el de alguien a la altura de Valverde, en cuanto a experiencia, logros y capacidad de llevar a nuestro equipo año tras año a Europa. Y en el banquillo del Bilbao Athletic, si su trabajo es digno de la confianza de todos, mantendría y dotaría de estabilidad y reconocimiento a quien lo está haciendo bien. Por supuesto que valorándole como requiere la renuncia a otro tipo de funciones o una mayor ambición profesional.  Entiendo que no es una decisión a tomar por compromisos morales sino por convicción de qué es lo mejor, que por supuesto hay muchísimas personas con mayor información y criterio. La mía no es más que la opinión de un socio y aficionado.
Es posible que en días se sepa la decisión, pero como he dejado ver, para mí, ojalá sigamos contando con la estabilidad de un proyecto que ya lleva años garantizando el éxito. Por mi parte, ¡Valverde quédate!  Y si decide no permanecer, un fuerte abrazo y reconocimiento en la hora del adiós, pues no debemos olvidar cuanto ha acreditado en su trayectoria en el Club, nunca despecho ni rencor.  No se puede exigir a nadie estar donde cree que por el bien suyo y del Club cree que ya no debe estar. Cuando dices que te vas, en cierto modo, ya te has ido, y si entiende que eso debe hacer, sería del género tonto confiar en que sin convicción podrá dar rendimiento y réditos. En ese caso, buscar el relevo adecuado y continuar por la senda que estamos, la de un Club asentado en la parte noble de la tabla que año tras año compite a nivel continental. Y eso pasa también por mantener al “Gran formador”, formando jugadores, ayudando a dar el último paso hacia el primer equipo.
Aupa Athletic!
Por César García. Socio del Athletic Club y contertulio de Radio Popular.