El funeral de la pala
Juantxo Abando, pelotazale
Son muchísimos los recuerdos que me afloran a la mente ante la última función en el Deportivo. De campeonatos de Euskadi, de la gente que ha pasado, los mejores jugadores del mundo, como los argentinos con Jorge Utge a la cabeza, Iturri, o los más recientes... La pala ha cambiado de estilo con el tiempo en su forma de jugar, pero la pala auténtica ha ido desapareciendo poco a poco, y con esto si se marcha del Club Deportivo puede morir para dar paso a la pala corta.
Es triste, muy triste que la pala desaparezca en el centro de Bilbao porque la pala en el Deportivo lo ha sido todo para la afición, para la de Bilbao y para la de fuera, con sus comodidades, con su ambiente, con todo eso que se perderá en Miribilla. El frontón Deportivo de Bilbao ha vivido de la pala durante muchos años, y además es uno de los frontones mejores que existen para jugar a esta especialidad. Solamente hay tres o cuatro frontones en toda Bizkaia con estas medidas para que se pueda jugar a pala como son: Durango, Mungia, Markina y el Club Deportivo de Bilbao en la Alameda de Rekalde.
Ha sido la cuna de la pala aunque los verdaderos inicios de esta modalidad fueron en Durango, pero luego se hizo totalmente bilbaína. En estos momentos que se va a celebrar ese funeral y ese adiós a la pala por parte del Club Deportivo con el traslado a Miribilla, me temo que ese cambio no va a resultar bueno para la pala. El desplazamiento es largo para la gente que iba al 'Depor' que está en pleno centro con parking y metro. Las dimensiones del frontón de Miribilla además son cortas. Para jugar bien a pala habría que reducir bastante el material y aún así el frontis y la cancha del nuevo frontón Bizkaia son demasiado vivos.
¿Qué puede ocurrir? Para mí que la pala pierda su auténtica esencia, el saque, el sotamano, etc... ahora será más peloteado al ser el recinto más corto. También, y miedo me da que pase, que al final dudo que se mantenga viva la propia pala. Como es más vistoso para el público veo venir que se pase a la pala corta y se pierda la pala, la verdadera, la de Bilbao.
Sería triste, muy triste.
