Periodismo de barra

Crecí leyendo prensa en papel, hoy es necesario acotar lo que antes era una redundancia. Las historias de periodistas, alguna película, los grandes viajes, aquella veta de granujas noctámbulos... Un poco de todo eso más la curiosidad me hizo estudiar periodismo, contra los consejos magistrales y con el nunca suficientemente agradecido esfuerzo de los padres. Entonces ya me decían en la Facultad que el trabajo estaba muy malo. No tanto como hoy. Cerca ya de los 40, sin trabajo estable (como casi nadie, salvo los políticos profesionales, gángsters y mangantes de diverso pelaje), siempre queda la duda de si haber estudiado esto merecía la pena. 
Los amigos del Desmarque, en poco tiempo convertida en web de referencia en el deporte malagueño, me dan la oportunidad de tener un blog con este nuevo diseño, síntoma de la evolución natural de crecimiento. Básicamente, me dicen que escriba de lo que me dé la gana. Espero no defraudar. Nunca fui mucho de Carlos Herrera, con quien comparto apellido, fui más de Iñaki Gabilondo. Pero da juego para ponerle un título a estas modestas líneas. 
El Onda Pasadena es el bar para poner broche a una noche cualquiera en el centro de Málaga. Allí encuadraría ese Hunter S. Thompson que Johnny Depp interpretara en The Rum Diary (Diarios del ron, o algo así). Un periodismo de bajos fondos, de barra de bar, al que el poder temía. Ahora periodismo acorbatado y acobardado, en manos de las instituciones. Más de una vez me he visto repleto de cerveza en la penumbra del Onda, pensando en ese reportaje que me cambiara la vida laboral. De momento, me veo escribiendo en el Desmarque. Hablaremos de lo que se tercie. De Málaga, de bares, de comer y de copas. Y también de deportes, claro. Del Málaga, del Unicaja y de ese resto de deportes y deportistas que agonizan. Como un borracho en las escaleras del Onda.