Dos cafés

Hay un temazo de Tame Impala que parece estar escrito para el Málaga CF de estos últimos años: ‘New Person, Same Old Mistakes’. O lo que viene a ser lo mismo: persona nueva y los errores de siempre. Ojalá no tuviera esa sensación cuando comienzan las ventanas de fichajes, sobre todo en enero cuando no quedan más que retales para confeccionar las plantillas.

Este jueves será día de hacer muchas preguntas en la sala de prensa de Martiricos, aunque dudo que las respuestas sean sinceras y contundentes. Los tres refuerzos invernales que, hasta ahora, han recalado en la entidad blanquiazul serán presentados y lo habitual es que Manolo Gaspar, foco de las críticas, sea el que acompañe a Delmás, Lago Junior y Appiah. Las nuevas incorporaciones ayudan, pero aún no contribuyen a que la afición respire tranquila mientras el equipo sigue, sin tregua, en peligrosos puestos de descenso.

Unos llegan, otros tienen pie y medio fuera del club. Fran Sol fue de más a menos hasta ser casi invisible para Pepe Mel, Dani Lorenzo busca más minutos en el terreno de juego y después está Lumor, otro fichaje ‘rana’ que va a durar en el Málaga lo que una hamburguesa Uranga al salir de la feria (perdónenme, responsables de Uranga, por el agravio comparativo).

Ni una servidora, ni la mayoría de los que estáis leyendo esto tenemos las herramientas y los conocimientos necesarios para gestionar una dirección deportiva de un club de élite, vaya por delante. Eso no quita que en La Cueva se estén haciendo muchas cosas mal y la autocrítica esté brillando por su ausencia: los canteranos no encuentran sitio o tienen la mala suerte de lesionarse, los jugadores de renombre con estadísticas prometedoras siguen sin dar el rendimiento esperado y todavía no se ha dado con un entrenador que encuentre la fórmula del éxito. Debe haber algo más que el gafe que derrochamos en campos rivales y en la propia Rosaleda.

Personas nuevas y los viejos errores de siempre. Y como falta mucho para ver cambios en la dirigencia, queda encomendarse a todos los santos que conozcamos y pedir a los que van a salir al terreno de juego que se tomen un par de cafés antes de cada partido. Porque la tormenta no cesa, la temporada se acorta y las opciones de salvación se diluyen.