Demagogia absoluta
Por Antonio Viola
Periodista de la Cadena Cope
Así podría definirse la situación del delantero del Sevilla Ernesto Javier Chevantón. Un jugador que después de haber costado lo que costó, de no haber contado para ningún técnico y sobre todo, después de no haber aprovechado ni una de las oportunidades que se le han dado, tiene la osadía el pasado sábado tras el partido frente al Español, de encararse con un aficionado que le llamó ‘pesetero’.
Y es que la verdad duele, ¿no es así Javier?, que es como le gusta al uruguayo que le llamen. Para el que sigue día a día la actualidad del Sevilla, Chevantón no es precisamente el modelo de profesional que todos hemos visto en otros muchos jugadores. Se da la casualidad de que cada vez que es invitado a salir del club o alguien viene preguntado por él, padece extrañas sobrecargas e incluso deja de entrenar, sino, véase el historial de pretemporada. Goza del cariño de la plantilla y su técnico, dice contar con él cada vez que tiene oportunidad pero lo cierto y verdad es que el sabe que no es así, y lo asume, pero no hace nada por cambiar esa situación. Dice que no a todo aquel que llama a su puerta y es que la postura es bien cómoda, el Sevilla paga y la ciudad invita a estar muy a gusto, por ello, cansado, su agente ni le contesta al teléfono.
La verdad es que a cualquiera le podría engañar, cada vez que salía al campo corría como un ‘descosido’ a pegar literalmente ‘bocados’ en la portería rival y si marcaba, besito incluido al escudo. Sirva como ejemplo la actuación de este verano con gol incluido en el último minuto al Lyon en Coria, aquel día todos pensábamos que Chevantón lo intentaría pero, esa opinión ha durado menos que una pompa de jabón después de ver lo que ocurrió el día del Espanyol. Cheva ya era vitoreado durante el calentamiento, todo el mundo ponía sus esperanzas en él y Jiménez, lo saca. No sabemos si para sumar todas sus opciones de ataque como dijo o para hacer ver a los que le vitoreaban que este jugador, es una de las mentiras de esta plantilla. El respetable en pie para recibir al uruguayo como hacía tiempo que no se oía una ovación en el Sánchez Pizjuan, pero cada vez que este intentaba algo, el murmullo se acrecentaba. Tanto fue así que a la terminar el encuentro, el técnico manada a dar un par de vueltas al césped a aquellos que habían estado en el banquillo. Entre ellos Chevantón cuya actuación había sido lamentable. Un aficionado le increpó llamándole ‘pesetero’, un reproche de los que duelen y a este señor no se le ocurre otra cosa que delante de periodistas y aficionados, amenazarlo con verse las caras fuera del estadio, pero usted ¿quien se ha creído que es?, deje de engañar a esta afición, coja su precioso deportivo y márchese a donde le aguanten sus payasadas, aquí no se merecen demagogos y embusteros como usted.
