Ghilas... de 170 a 401, de la nada al todo

No sé si conocen ustedes Instatscout. Les resumo que es un programa altamente profesional con el que trabajan más de 400 clubes en el mundo pues ofrece el mayor número de partidos de fútbol, convenientemente cortados y editados por jugadores, acciones…una pasada. Otro días les desmenuzo bien cómo funciona pero me pararé a detallar una de las particularidades de este programa, de pago obviamente, con el que los técnicos de todo el mundo pueden acceder a imágenes de cualquier futbolista. Instatscout puntúa cada partido de todos los jugadores con su denominado Instat Index, una valoración numérica de los partidos. No es el clásico dato subjetivo que usamos en prensa sino que la valoración surge de una fórmula matemática diseñada por Instat en la que se valoran todas las acciones de un jugador en un encuentro, no sólo las obvias tipo goles, pases correctos…aquí hablamos de todo, de acciones correctas e incorrectas, de disputas aéreas, de pugnas por el balón, de regates intentados…

El jugador mejor valorado del plantea es Leo Messi, con una puntuación general de 470 puntos. Para que se hagan una idea, superar los 400 puntos aquí está al alcance de muy pocos y, todo lo que sea estar por encima de los 300 ya nos lleva a jugadores top. Por ejemplo, en la última final de la Champions en la que fue protagonista y campeón, Messi tuvo una valoración de 401 puntos. A lo largo de  una temporada muy pocos futbolistas son capaces de superar aunque sea en un solo encuentro la barrera de los 400 puntos en el Instat index. ¿Saben quién la ha superado esta campaña? Nabil Ghilas. Llama la atención este dato y, posiblemente, sirva para definir bien al nuevo delantero del Levante. Es capaz de hacer un partido a la altura de los mejores del mundo y luego, bajar su rendimiento hasta desesperar a la grada. Prepárense pues en el Ciutat a un tobogán de rendimiento de un atacante de talento y potencia al que precede una fama no muy positiva pero, arrepentidos los quiere el señor.

Poco ortodoxo y no le fue fácil jugar en el colista 

Vaya por delante que no conozco de nada al delantero argelino, pero su perfil es de esos que no pasan desapercibidos. De entrada, desde Córdoba todo lo que llega es negativo, especialmente lo que habla de lo ocurrido fuera del terreno de juego, pero aquí valoraremos lo que vemos dentro que, al fin y al cabo, es lo único que objetivamente podemos conocer. Ahí encontramos un delantero poco ortodoxo en su imagen, aunque no es el primero que tiene o aparenta tener problemas con la báscula y después ofrece un rendimiento positivo. Recuerdo aquí un perfil similar, el del argentino Turu Flores, que llevó al Deportivo al título de Liga pese a su aspecto rechoncho y desañilado. Eso sí, cuando al Turu le llegaba la pelota siempre pasaba algo, su calidad le servía para limpiar adversarios y convirtió su físico en una virtud, pues había que sudar para robarle un balón cuando lo protegía con toda su humanidad.
En ese sentido, si fuera defensor central me preguntaría cómo marcar a Ghilas. Tiene velocidad para entrar desde los costados, técnica para el control y el regate y un físico que complica el ganarle el cuerpo a cuerpo o robarle el balón si lo controla de espaldas. No es un jugador visual, pero tampoco fácil de marcar. A partir de ahí, cuando repasamos su última campaña hay que valorar también en qué hábitat se ha desarrollado, no es fácil salir de un club top como el Oporto, acostumbrado a estar arriba y a ganarlo todo y recalar en el colista, tener tres entrenadores en pocos meses y un ambiente negativo que a todos va afectando. Que él pondría de su parte. Posiblemente, pero también lo es que, en un ambiente mejor, su rendimiento habría sido más alto.

Capaz de eliminar al Nápoles de Benítez 

Si en la última década un club nos llama poderosamente la atención respecto a su capacidad para firmar talento desconocido y multiplicar su valor de mercado, ése es posiblemente el Oporto.  Por eso, cuando los Dragones firmaron a Ghilas del Moreirense imagino que lo harían por los mismos motivos que les llevaron a apostar por muchos otros delanteros que después han pasado a ser cracks mundiales. Que Ghilas no será Falcao o Jackson Martínez parece muy probable, pero también que algo tiene que tener el argelino, que por cierto disputó el último Mundial. Que se lo pregunten por ejemplo a Rafa Benítez, que vio como su Nápoles caía eliminado de la Europa League hace dos temporadas precisamente con un gol de Ghilas en el San Paolo. Cuando los italianos habían igualado el 1-0 de la ida, el ahora levantinista vacunó al Nápoles situándose con inteligencia entre central y lateral para romepr la línea y marcar el empate.
Uno no llega al Oporto por que sí, en su caso lo logró después de hacer 13 goles en 30 partidos con el modesto Moreirense, lo cual no deja de ser toda una hazaña. Por cierto, en las filas del equipo de Moreira de Cónegos también fue capaz de superar los 400 puntos de Instat Index en un partido, reafirmando su condición de delantero capaz de lo mejor pero al que le falta mejorar en su regularidad para valorar su auténtico potencial. Siguiendo con los datos de Instat, llama la atención la cantidad de acciones durante los partidos en las que participa, los regates que intenta, las disputas de balón que asume…muchas veces sin éxito, pero por encima de los números y observando las imágenes de esas acciones, creo entrever un futbolista de personalidad, de los que cuando el partido se pone cuesta arriba y la grada pita cansada de un mal año, no se arruga y la vuelve a pedir, lo vuelve a intentar con todo en contra y eso me gusta, porque las temporadas del Levante suelen ser cuesta arriba y ahí hacen falta valientes que no se escondan. 

Lucas sabe lo que ficha

Sobre lo extradeportivo, poco sé y poco se puede valorar más allá del mucho ruido que llega desde su último destino. No es malo recordar aquí que Caicedo o Martins tampoco llegaron a Orriols precedidos de una fama monacal y de noches de recogida a la puesta de sol y, en cambio, su rendimiento fue alto y al tercer partido nadie se acordó ya de a qué hora se acostaban. Cuando las cosas van mal o muy mal, como ha pasado en Córdoba, todo lo malo se magnifica, pero mejor quedarnos con sus 7 goles en 23 titularidades en un ambiente muy complicado.
Antes de firmarlo, estoy seguro de que Lucas, ex entrenador del córdoba, se habrá informado bien de cuánto hay de real y cuánto de invención en la fama con la que llega Ghilas y, si el delantero está aquí, es porque tendrá constancia de que no es para tanto y, lo que es, lo puede tolerar y reconducir. Siempre recuerdo lo que contaba Rafa Benítez que decía uno de sus presidentes: “Yo los ficho gordos, cojos y golfos y Rafa los hace futbolistas”. Al respecto, el técnico madrileño pedía que, al menos, no se dieran las tres condiciones en el mismo jugador, pues una cosa es ser el mejor entrenador del mundo, como es su caso, y otra obrar milagros de un cariz bíblico.
A la espera de saber cómo acabará siendo la plantilla granota, pues aún queda mucho verano por delante, lo que sí parece es que Ghilas está llamado a ser muy protagonista y ahí el Ciutat asistirá a uno de esos toreros del balón, de los de puerta grande o enfermería y me da que en Orriols ese perfil casi siempre acaba gustando. El carácter indómito del club casa bien con el de los jugadores insurrectos, capaces de dejar actuaciones de más de 400 puntos y, en la misma temporada, otras de 170 en las que desespera a su máximo defensor.