Como trates a tus símbolos

Una afición es tan grande como trate a sus símbolos. Eso es grandeza. No significa conceder a nadie carta blanca para errar sistemáticamente o perder la capacidad de crítica. Criticar está bien cuando no hay intereses ocultos, cuando es el primer paso para reconstruir. O construir a secas. No debería ser necesario explicar esto, ni siquiera contextualizar. Sin embargo, se ha llegado a un punto en el que no sobra poner sobre la mesa algunas cuestiones.
El aficionado del Málaga no puede olvidar de dónde viene. No es sano tampoco poner un termómetro para medir quién es más malaguista, no es eso. Pero sí conviene tirar de memoria cuando flaquean algunos sentimientos. Por ejemplo, se puede hablar de Duda.
Duda es historia viva del Málaga Club de Fútbol. Su récord de partidos, su récord de victorias, sus goles, sus servicios a la causa, su brazalete. Evidentemente, la palabra historia implica pasado y Sergio Paulo Barbosa Valente está regalando sus últimos días como profesional al club y a la afición que más le dieron.
Su carácter es peculiar y eso no siempre ha sido bien entendido por parte del entorno. Otros, con mucho menos, se han hecho querer mucho más. Temperamental, incluso agrio a veces, tiene un modo de ser que no casa con algunas personas. No obstante, hay cosas que son de justicia. Se quiera o no, su figura es fundamental para entender la vida del Málaga del nuevo testamento. 
Y tan obvio es eso como que su mejor fútbol ya ha pasado. Por eso es historia, porque fue grande. Aun así, a sus 35 años, sigue entrenándose junto a niños a los que dobla en edad, viendo a rivales pasar como motos por su lado, pero entregado a la causa. No se rinde. Y eso también es grandeza.
Puede chirriar verle tantos minutos a estas alturas de la película. Pero ese disparo tiene que dirigirse a quienes confeccionaron la plantilla y hacia quien le pone a jugar. El menos culpable es el propio futbolista. Que nadie dude de que su intención es, en cada córner o falta que no ejecuta como solía, lucir ese guante que posee por zurda.
No creo que merezca un solo pito Duda cuando se enfunda la camiseta blanquiazul. Mucho menos en el estadio de La Rosaleda. Otra cuestión es criticar cada vez que ha perdido los papeles o alguna de sus pueriles expulsiones, que también ha pasado. Pero eso es parte del personaje, del futbolista, de la leyenda. Lo bueno y lo malo.
Duda venía con el kit completo, quizás hasta encaja más en el perfil de antihéroe, pero es un mito y merece la más alta consideración. Legendario como Weligton. Como Bravo. Como Sandro. Como Dely. Como Darío Silva. Como Sanz. Como Valcarce. Como Guede. Como Basti. Como muchos. Como pocos.