El equilibrio en el Levante es la clave

¿Qué quieren que les diga? Yo no tocaría nada de esta plantilla porque me parece que responde al equilibrio perfecto entre futbolistas y personalidades y que es una de las claves fundamentales de la buena marcha del equipo. Me subo al barco de Muñiz cuando dice que le gustaría "terminar la temporada con los mismos futbolistas con los que empezamos". En las próximas horas, si no se ha hecho ya mientras escribo estas líneas, Rafael Martins pasará a la historia del Levante UD y, para desgracia del delantero y del colectivo, sin haber respondido con goles a la vitola que le acompañaba, bien justificada por unos números astronómicos (hablando para el nivel Levante) en Portugal. Sinceramente, no creo que haya un atacante en el mercado que ofrezca las mismas garantías que el brasileño. ¿Juan Muñoz? Miren, ahora mismo Tito me vende arena en el desierto y se la compro como si fuese polvo de oro.

Para el Levante es un inconveniente tener que dejar salir a un delantero como Rafael, a no ser que sea por una compensación económica razonablemente importante por alguien al que le quedan cinco meses de contrato y que, por tanto, puede salir gratis el 1 de julio. Como hablando se entienden las personas, seguro que Tito y Quico Catalán han entendido que, con su estado anímico, va a ser muy complicado que el brasileño pueda dar un rendimiento si en algún momento falla/falta la gallina de los huevos de oro de Roger. Y si, además, se puede pillar cacho con su traspaso pues menos da una piedra. Martins se marchará dejando una gran sensación como persona y también dejando tras de si en todos los que lo conocen una fe inquebrantable en su calidad y potencial como futbolista, pese a que, en dos años, sólo haya marcado dos goles con el Levante. Los caminos del señor son inescrutables. ¿Por qué no ha explotado en el conjunto azulgrana? Se dan muchas explicaciones: cuando ha jugado ha actuado como extremo, ha tenido pocos minutos... No sé qué pensarán los Róber Pier, Abraham, Espinosa o Rubén García que, cuando vieron la oportunidad, la cazaron al vuelo. Pero los caracteres de las personas no pueden compararse y desde luego que, en lo personal, el brasileño deja un gran sabor de boca. Suerte allá donde vaya porque, además, me la juego a que volverá a romper redes.

En cuanto a la portería, qué quieren que les diga, escuchar el nombre de Oier no me produce ni frío ni calor. El Levante va bien servido de guardametas y no hay necesidad tampoco de tocar nada pero de nuevo entra en juego la voluntad del jugador (Álex Remiro) y, para más inri, de un Athletic Club con el que la verdad merece la pena mantener unas buenas relaciones por un gesto que realmente cuesta más bien poco. Ojo, esto si Raúl Fernández aguanta su nivel o no sufre ningún percance de aquí a final de temporada. Del portero del Granada hay que decir que, hace tres años, ya lo quiso Manolo Salvador y si dos directores deportivos coinciden será por algo. Repito: Tito está en ese momento en que si viene a vender un cupón le compro la tira entera. Pero estas dos operaciones, no es que empeoren ni mejoren, es que me parece que dejan igual la plantilla en cuanto a nivel. Me provoca indiferencia y me da un poco de repelús tocar algo tan bien engrasado y ensamblado. Y un poco de penica.
Los espectaculares resultados y las fiestas navideñas parecen haber dejado atrás la movida Junta de Accionistas de diciembre en que Quico Catalán y el Consejo se dieron un paseo en barca con las cuentas anuales y los Presupuestos del presente ejercicio pero tuvieron que hacer frente a educadas críticas en las formas pero muy duras en el fondo a cuenta de la reforma de la Fundación, que algunos llaman democratización y que otros aseguran que persigue todo lo contrario. La verdad es que yo me quedo ojiplático de presenciar cómo personas que años o meses atrás han trabajado codo con codo tienen posiciones tan enconadas. Me acuerdo cuando, de pequeño, veía la teleserie 'Norte y Sur', protagonizada por Patrick Swayze y que versaba sobre la Guerra de Secesión de los EEUU y los enfrentamientos entre familias, y casi me parece una broma al lado de esto. Unionistas contra confederados, norte contra sur, el Levante FC contra el Gimnástico. De locos.

Seguro que las próximas líneas no gustan a ninguna de las dos partes. Por un lado, está el Consejo, desde donde aseguran que no tienen ni pretenden tener ninguna influencia en el Patronato salvo los votos que ejercen como consejeros. Sin embargo, yo creo que tienen un pensamiento-sentimiento que me parece hasta entendible de que, cuando llegaron, el club estaba sumido en la bancarrota y al borde del precipicio, o quizá cayendo en el mismo, y que justo ahora que todo va viento en popa vienen a buscarles las cosquillas. Enfrente, la oposición, los críticos, llámenle 'X', en este caso mayormente el FROG. No quieren enmendarle la plana al Consejo porque ha llevado al Levante a sus más altas cotas en 107 años de historia sino equilibrar fuerzas de forma justa en la Fundación. Yo pienso, y puedo estar equivocado, que hay parte de rencillas personales hacia Quico Catalán.
Me pregunto hasta qué punto el ruido social es el reflejo de lo que piensa el levantinismo. Hablo con gente muy crítica pero, cuando el equipo descendió, no vi miles, ni cientos ni decenas de gargantas girándose al palco
Llegados a este punto, me pregunto hasta qué punto el ruido social es un reflejo de lo que siente o piensa el levantinismo, si está inflado o incluso si se queda corto, vaya usted a saber. Uno puede hablar de lo que conoce. Hablas con gente muy crítica con este Consejo pero, cuando vas al estadio, te encuentras con que el equipo desciende a Segunda División y no hay ningún clamor hacia el órgano rector, no hay miles ni cientos ni decenas de gargantas girándose hacia el palco. Lo que puede significar dos cosas: o el respetable está adormilado o, por el contrario, ese ruido social no es reflejo de lo que piensa la gente, que entiende que un descenso del equipo granota es algo históricamente previsible (en el peor momento, justo cuando se iba a hacer el reparto televisivo) pero que no quita una segunda oportunidad para los que se equivocaron. Catalán, en la entrevista, cree que hay que buscar el equilibrio, que es lo que se busca también a la hora de confeccionar la plantilla, que es como ha empezado toda esta reflexión. En 2019, todos podrán comprobar si Quico es un presidente que se aferra al poder o un dirigente de hechos y de palabras. Yo no tengo prisa.