El verdadero Bilbao Basket
Hace doce años ni Patxi ni Sylvia se conocían. No sabían que algo en común se cruzaría en sus vidas, su equipo del alma, el Bilbao Basket. El primero es el aficionado que más ha viajado con este equipo, vaya donde vaya. Patxi no conocía Moscú por entonces y la semana pasada colapsó la Plaza Roja. Sylvia no conocía a Janis y ahora no se olvida nunca su camiseta. Por supuesto no había nacido Kike IV, y su ídolo D’or aún estaba por la Universidad. La peña Banic se enamoraría de Marko. La de Turín reunió por primera vez a los héroes de entonces La Casilla por Europa.
Hoy todos son más mayores, la mayoría no tiene ni idea de quién era Davalillo o Kopicki, Carbajo o Mauraza, Astarloa o Hermosilla, salvo Sylvia que ya sufría con nosotros. Eso era el siglo pasado. Doce años después nuestros héroes han tenido la oportunidad de ver al mejor equipo que ha pasado por Bilbao en su historia, el CSKA, y a una de las más rutilantes estrellas de la NBA, Kirilenko.
La segunda victoria ha estado más lejos que el miércoles pero en cinco minutos de exhaltación de basket nos hemos puesto a tres puntos. Necesitabamos más segundos. Por un momento los misiles se les han puesto de corbata a los rusos. Pero ese máldito acierto que hace de este juego una locura nos ha dado la espalda, y la agonía nos consumía por dentro.
Hasta entonces ocho sirenas en la bolsa de Patxi estaban consumidas. La bandera de Bruce Springsteen era su bandera. Sylvia no podía sacar la camiseta de Janis ya que el letón no estaba en pista, pero daba igual, Kostas lo intentaba pero en tres días dos partidazos sólo está en manos de aquellos mitos que veíamos por la tele en la NBA de los 80. Aún así nadie aflojaba, las gradas mantenían al equipo en el partido. Hace doce años ver este espectáculo era un sueño inimaginable, y hoy se ha consumido. Los peñistas o aficionados como Patxi o Sylvia deben dormir tranquilos, hoy todos han hecho lo máximo para conseguir la victoria.
No espereis una crónica de este partido o una valoración de lo que ha pasado, me quedo con el pabellón en pie reclamando al equipo que saliera del los vestuarios, y así ha sido. La salida de nuevo a la cancha de los MIB ha emocionado a Patxi y no ha podido contener las lagrimas, y a mí se me ha conmovido el alma y me ha ganado para siempre como compañero de asiento en Miribilla. Yo no siento esto como él y por una parte me da envidia, y mucha. Seguro que otros se han ído con la misma sensación de tristeza-orgullo-sentimiento de equipo, y es que ha merecido la pena.
A Fotis gracias por ser nuestro entrenador, a Aaron, a Raúl, a Josh, a Alex, a Kostas, a Janis, a Roger, a Marko, a Axel, a D’or, a Mavro, a Samb, eskerrik asko por ser nuestro equipo. Doce tíos en la pista más muchos superhéroes en las gradas que viven por y para vosotros, que se gastan sus ahorros por seguiros, que se dejan la garganta por animaros, que sueñan porque cuando os encuentran seais amables con ellos. Eso es el verdadero equipo, algo que hasta que uno hasta que no lo vive desde el otro lado no se da cuenta, y de verdad, merece la pena el poder parar a pensarlo.
A todos gracias de nuevo. Y Patxi tanto yo como el mago Valen aguantaremos tus bocinas, banderas, bufandas o lo que traigas, prometo que el maestro no te hará desaparecer, y es que gente como tú es el verdadero Bilbao Basket. Un abrazo, amigo.
