El riesgo de volver a competir
El espectáculo bochornoso que están dando AFE, La Liga y la RFEF supera incluso a algunos políticos de este país, que hacen uso de la crisis que nos tiene paralizados, para hacer su propia campaña “cazavotos”.
Volver a competir esta temporada no va a ser nada sencillo. Cuando todo apunta a que se tendrá que suspender la competición de forma definitiva, aquellos que quería retomar lo que quedaba de esta, van recibiendo mensajes de países vecinos, incluso del propio, que les están haciendo ver que no va a ser tarea fácil.
Por ejemplo, la Real Sociedad, solicitó que sus futbolistas pudiesen acudir a Zubieta a entrenar, respetando las medidas de seguridad, para evitar así el evidente deterioro físico de sus jugadores, haciendo carrera continua en grupos de tres personas por campo. Y aunque se entiende que podría ser posible, la respuesta por parte de las autoridades ha sido un rotundo no. Es momento de aguantar y esperar a que haya por fin, una bajada de la dichosa curva.
En Francia, Macron dijo el pasado lunes que las competiciones deportivas no se van a poder retomar por lo menos, hasta mediados de julio (lo que coincide en España con el inicio de la pretemporada), afectando directamente al evento más internacional del país, el Tour que tendría que retrasarse (la posibilidad de una gran vuelta por Italia, Francia y España va ganando adeptos para este año).
Si a estos inputs (y hay más), les añadimos que va a ser necesario hacer una pequeña pretemporada antes de reiniciar la competición, y que se tendría que reiniciar jugando cada 48-72 horas poniendo en serio riesgo a los jugadores/as, todo tiene pinta de tener que parar, para arrancar de nuevo a mediados de agosto con la temporada 20-21, adaptando calendarios para poder cuadrarlo todo con JJOO y Eurocopa.
Muchas son las fórmulas que se barajan para poder terminar la temporada, pero ninguna convence, ni tan sólo la de poder hacer cinco cambios por encuentro. Pasar de estar totalmente parado a tener que competir cada 48-72 horas, además de peligroso para quienes tienen que calzarse las botas, es injusto para aquellos que cuentan con plantillas más cortas, diseñadas para una competición normal. Barcelona, Madrid, Atlético, Valencia o Sevilla por ejemplo, no tendrán problemas de efectivos, pero Mallorca, Leganés, Celta, Eibar, Osasuna o incluso el Levante UD, pagarían muy caro tener tres o cuatro jugadores en el dique seco, con lo que ello supone.
