Papeles a cambio de goles

Cuando este artículo se publique lo más probable es que el terremoto sucedido en Nepal haya enterrado también bajo sus escombros a otra desgracia que contaba por centenares los muertos y que hasta hace unos días todavía nos recordaba que llamar cementerio al mar mediterráneo es cada vez menos exagerado y más cierto.

Así, parece que las emergencias humanitarias compiten entre sí para llegar a emocionarnos durante unos días y después permanecer por tiempo indeterminado en un cajón cerrado. Aunque aquí debo rectificar, lo hago tras escuchar al director de Cruz Roja sacar los colores a los jefes de estado diciendo bien claro que algo que lleva sucediendo desde hace veinte años no puede considerarse una emergencia. Es cierto. Lo grave no es que la mayoría de nosotros funcionemos así, lo peor es darte cuenta de que también los líderes que guían el destino de Europa en este caso, son como el común de los mortales y se dedican a legislar guiados por ese mismo instinto de empatía repentina que les abandona a los pocos días.
Y es que, después de que estos días los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea acordaran poner en marcha acuerdos con países terceros para favorecer la readmisión de inmigrantes en situación irregular, me acuerdo que hace menos de una década se contaban por miles la llegada de cayucos o pateras a las costas canarias. Y a estas costas, víctimas también de las mafias llegaron muchos niños con el sueño o casi la obligación contraída con sus familias de convertirse en futbolistas para salir de la miseria.  Víctimas de las mafias que hoy se han transformado, se han reinventado y siguen alimentando la tragedia, cargando muertos sobre sus hombros con total impunidad porque no encuentran autoridades que les frenen.

Rio Mavuba, el apátrida que nació en el mar

La historia de Rio Mavuba se ha contado decenas de veces, el futbolista apátrida que nació en el mar. Mavuba ha jugado en el Lille, también pasó por el Villareal y por  el Girondins de Burdeos. Ha sido internacional francés en nueve ocasiones desde su debut  en 2004, pero hasta que lo reclutara la selección, había residido en Francia con la condición de apátrida. Así fue hasta que comenzó a destacar y tanto la República Democrática del Congo como la selección francesa se interesaron por él y logró finalmente el pasaporte francés. El caso de Mavuba es especial porque no es que llegara en patera es que nació en el mar.
Años después hemos conocido como otros jóvenes africanos se han embarcado en esta odisea y contra todo pronóstico han alcanzado su meta. Aunque todos hayan soñado con ser Samuel Etoo, esta meta a veces es mucho más modesta, por ejemplo Dani Dawiah un joven de 21 años que también llegó en patera a España procedente de Ghana, el año pasado debutaba en el Xerez DFC. En 2012 un joven malinés Mamadou Traoré fichaba  por el Elche. En este caso no han llegado tan lejos y sus trayectorias han quedado diluidas entre tantas otras que no llegan a lo más alto.
Son muchos los que han llegado en patera, y al igual que los miles que nunca llegan a la costa porque mueren en el mar, son víctimas, como decía, de las mafias que engañan, extorsionan y secuestran. Mafias a las que no escapa el mundo del fútbol. El director de cine Miguel Alcantud contaba estas historias y otras en su película Diamantes negros (2013), un mosaico compuesto por retales de engaños de ojeadores, viajes en maleteros y pateras y muchos sueños rotos. Un retrato que bien podríamos aplicar a los miles de muertos que estas últimas semanas se han producido mientras intentaban alcanzar las costas italianas.

El caso de Younousse Diop

Este pasado mes de enero Younousse Diop, un joven senegalés de 20 años debutaba en el CD Tenerife. Younousse llegó en 2006 a las costas canarias, ese mismo año llegaron a las islas cerca de 32.000 personas provenientes de África, una cifra que entonces desbordaba a las autoridades españolas  y que aún así queda muy lejos de los 170.000 que el año pasado llegaron a Italia. Ese año, también a golpe de telediario, se puso en marcha el Plan África, un plan que estos días se ha puesto como ejemplo porque consiguió reducir la llegada de embarcaciones de manera notable. El plan incluía programas de cooperación económica, desarrollo democrático  en esos países de origen pero sobre todo, medidas de control de fronteras entre países africanos y con el continente europeo para evitar que los extranjeros se subieran a esas embarcaciones e iniciaran el viaje.
Yo todavía no logro descifrar qué significa la medida adoptada esta semana por los países de la Unión Europea, todavía no sé si la política migratoria de la Unión Europea se va a definir de una vez entre rescatar vidas o vigilar fronteras. No lo sé yo porque no me lo han contado de manera clara y me temo que no lo han hecho porque no lo saben. La historia de Rio Mavuba nos regala una gran lección: sin pasaporte, hijo del mar fue apátrida hasta que vieron que podía destacar, un gran criterio para expedir pasaportes y salvar vidas.  
Aurora Roca
Periodista Cadena SER