110 años de pasión

110 años para hinchar el pecho y sentirte orgulloso de un club humilde que ha paseado el nombre de A Coruña por todo el mundo. 110 años de sufrimiento, de llantos, de sonrisas, de fracasos, de éxitos, de complicidad, de dolores de cabeza y de cientos de satisfacciones de un valor emocional incalculable. 110 años para seguir sacándole brillo a títulos que continuarán siendo inalcanzables para otros muchos. 110 años para degustar la Supercopa de 1995, la Liga de la temporada 1999-2000, la Supercopa del año 2000, la Copa del Rey y la Supercopa del 2002. 110 años blanquiazules, coruñeses, gallegos. Nuestros 110 años.

110 años en los que recordarás la primera vez que fuiste a Riazor y te integraste en un mismo sentimiento. 110 años para compartir con tus amigos, con la gente de tu barrio, con todos esos que están tan locos como tú y se olvidan de sus problemas diarios cuando se ponen su camiseta y respiran deportivismo. 110 años de eternos viajes en autobús por toda la geografía para animar a una plantilla, tu plantilla, en las buenas y en las malas. Sobre todo en las malas. Porque los futbolistas, los entrenadores y los presidentes pasan, pero la llama seguirá viva mientras tú la sientas y la transmitas. No cumple 110 años el Dépor, los cumple tu Dépor.
110 años para decirle a Europa que en el noroeste de España se jugaba al fútbol de escándalo. 110 años de angustias en Segunda B, de dolor en Segunda, de temor en el pelotón de cola de Primera y de alegría desbordante cuando tu Dépor se convirtió en Súper y miró a los ojos a los más poderosos. 110 años de decisiones cuestionables, de aprendizajes necesarios, de conflictos, de críticas, de inseguridades, de enfados y de penaltis con sabor amargo.
110 años de paseos por la playa hasta llegar a Riazor. 110 años de fidelidad. 110 años de la Orquesta Canaro y la década de oro. 110 años de Luis Suárez, Mauro Silva, Acuña, Makaay, José Luis, Amancio, Fran, Moll, Loureda, Ballesta, Bebeto, Veloso, Valerón, Vicente y Manuel Pablo. 110 años de otros tantos que nos han hecho disfrutar a nosotros, a nuestros padres y a nuestros abuelos. 110 años de Arsenio, siempre Arsenio. 110 años de fichajes amargos, de salidas dolorosas, de operaciones extrañas y de aciertos extraordinarios.
110 años de emociones, de depresiones, de ansiedad, de impotencia, de abrazos y de amistades fraguadas por el amor a un escudo. 110 años de leyendas, de sueños, de esperanzas, de anhelos, de deseos, de planes de futuro, de saber quiénes somos, quiénes fuimos y quiénes queremos llegar a ser. 110 años de bufandas al viento, de cánticos, de peñas, de banderas colgadas en las ventanas, de celebraciones en María Pita y baños intempestivos en Cuatro Caminos. 110 años de compañerismo, de solidaridad y de resistencia. 
110 años de pasión.