Semifinales Copa del Mundo de Japón: VI Naciones contra Championship

Tras unos apasionantes partidos de cuartos, este fin de semana se juegan las semifinales de la Copa del Mundo de Rugby Japón 2019, siendo los cruces los siguientes: Nueva Zelanda - Inglaterra (sábado 26, 10,00 horas); Gales – Sudáfrica (domingo 27, 10,00 horas). Esto es, el VI Naciones frente al Championship.

En la primera semifinal se enfrentarán los que hasta el momento han sido en esta Copa del Mundo los seleccionados más fiables y consistentes, Inglaterra y Nueva Zelanda. Bien se podría decir que es “una final anticipada”.

Los All Blacks, con un Beauden Barrett sensacional jugando de full-back, dieron buena cuenta de Irlanda en un partido en el que el XV del Trébol no tuvo opción en ningún momento de llevarse la victoria. Partido en el que se despidió del rugby internacional el talonador y capitán irlandés Rory Best.

La máquina perfectamente engrasada de jugar a rugby que son los All Blacks ofrecieron un gran partido frente a los irlandeses, quienes habían sido capaces de vencerles dos veces en los últimos 3 años. Si bien en esta ocasión no hubo lugar a la sorpresa y ni siquiera llegaron a ponerles las cosas difíciles al XV neozelandés (22-0 al descanso, 46-14 final).

Por su parte, Inglaterra, al igual que Nueva Zelanda, superó con cierta suficiencia a Australia (40-16), tirando de paciencia, madurando el partido y fraguando su victoria en los últimos 35 minutos del encuentro tras ponerse los Wallabies a un solo punto nada más iniciarse la segunda mitad. Aunque éstos siempre fueron a remolque durante los 80 minutos.

Eddie Jones sorprendió en su elección del XV al dejar en el banquillo a su número 10 por antonomasia George Ford y adelantar sus posiciones en la línea a Farrell, que jugó de 10, y Tuillagi, de 12, para dar entrada a Slade en el 13, con los habituales May y Watson en las alas y Daly como full-back.

Mediado el segundo periodo (min. 61) y con el marcador a favor (27-16), metió en el campo a Ford por Slade, para aprovechar su gran juego al pie y establecer el tempo de partido que más convenía. La jugada le salió perfecta a Eddie Jones, y Australia no pudo en ningún momento contrarrestar el juego del XV de la Rosa, siendo este partido el de la despedida de dos de los grandes jugadores de los Wallabies de los últimos tiempos, su capitán y número 8 David Pocock y el medio melé Will Genia.

Parecía que Francia aguantaba a Gales, pero...

En la segunda semifinal tenemos por parte europea a Gales, que derrotó a Francia 20-19, y por parte del hemisferio sur a Sudáfrica quien se deshizo de la sensación del Torneo y anfitriona Japón por 3-26.

El partido de cuartos que enfrentó al XV del Dragón frente a Francia se resolvió en los últimos 10 minutos, cuando el desgaste físico del XV del Gallo era evidente tras la absurda auto-expulsión de Vahaamahina por dar un codazo a Waiwright en el minuto 8 de la segunda mitad, cuando mandaba en el marcador, 10-19, y era dominadora en el juego.

Hasta entonces Francia había desplegado su mejor rugby en esta Copa del Mundo, magníficamente dirigidos por sus medios, Dupont y Ntamack, con un inmenso Vakatawa. Mientras que Gales se mantenía viva en el partido gracias a que Waiwright pescó un balón suelto perdido al recibir un placaje el capitán francés Guirado, yéndose a la línea de marca solo casi desde el centro del campo.

Francia estaba aguantando con bastante solvencia al XV del Dragón pese a estar con un jugador menos. Parecía que podía llevarse la victoria cuando a falta de 6 minutos para la conclusión, en una melé a cinco metros de la línea de marca francesa, con introducción para el XV del Gallo, el pack delantero galés recuperó el oval aprovechando su superioridad numérica, y Ross Moriarty logró posarlo tras la línea de marca rival. La conversión de Biggar supuso la victoria galesa por 20-19.

Sudáfrica acabó con el sueño de Japón

En el último partido de cuartos, la anfitriona, Japón, no pudo dar la sorpresa frente a Sudáfrica, que venía ya avisada de su derrota hace 4 años frente a los Cherri Blossoms y de las victorias de su rival conseguidas en la primera fase ante ilustres selecciones como Irlanda y Escocia, siendo derrotada 3-26 por los Springbooks.

Japón mantuvo sus opciones hasta el descanso (3-5, ensayo de Mapimpi en el minuto 3 aprovechando su mayor físico para romper el placaje de Tamura) pero no supo aprovechar en el primer periodo la superioridad numérica que tuvo del minuto 10 al 20 por expulsión temporal del pilier booke Mtawarira, si bien es cierto que enfrente tuvo a un equipo que desplegó una gran defensa, no dejando que los Cherri Blossoms consiguieran que su rugby eléctrico y dinámico rompieran sus líneas de contención.

En la segunda mitad el equipo local comenzó a sufrir el desgaste de enfrentarse a un equipo más grande y pesado, siendo ejemplo de ello el ensayo conseguido en el minuto 65 por el medio melé sudafricano DeKlerk, después de que un agrupamiento Booke formado tras saque de lateral avanzara, nada más ni nada menos, que 48 metros, algo nada habitual en el rugby de élite, poniendo el marcador ya en un imposible 3-21.

Así las cosas, considero que la semifinal Inglaterra – Nueva Zelanda va a estar muy igualada y estoy seguro de que Eddie Jones tendrá preparada alguna sorpresa para su colega Steve Hansen. De momento ya se ha presentado ante la prensa como “víctimas”, cargando la presión del favoritismo a los All Blacks.

Como dato significativo mencionar que en los últimos 4 años estas dos selecciones tan solo se han enfrentado en una ocasión, en noviembre de 2018 en Londres, con victoria para los de negro por tan solo un punto, 16-15.

En la otra semifinal considero a Sudáfrica como clara favorita, ya que ha desplegado un juego más consistente y fiable que Gales, quien ha mostrado demasiadas debilidades, algo nada habitual desde que Gatland se hizo cargo del seleccionado del Dragón.

Apuesto por una final Inglaterra – Sudáfrica, reedición de la de 2007 en París con victoria para los Springbooks por 6-15, aunque hay muchos románticos del rugby que les gustaría que se repitiera la final de “Mandela” de 1995, aquella que fue en parte “leit motiv” de la novela de John Carlin “Invictus”, adaptada al celuloide por Clint Eastwood.

¡No se lo pierdan!

Por Gontzal Sever, expresidente del Universitario Bilbao Rugby y jugador veterano de rugby