El Portu de Calle se presenta en sociedad

Una victoria, un empate, tres derrotas, la última, en Las Llanas, frente a un Sestao River compacto que hizo bueno su único gol. Hoy, con la visita de la Cultural, líder en solitario, la parroquia de La Florida no las tenía todas consigo. Su temor se acrecentó cuando los de Durango se adelantaron en el marcador. Golpe de mano ficticio.

Gabri, aprovechando una cesión de cabeza, le robo la cartera a un guardameta que habría de mostrarse colosal en el resto de la contienda. Gabri se ha dicho... Y Txopi, que reaparecía tras su lesion, y David Infante, con su muñeca vendada para protegerla de una fractura. Y Parra, excelso en su manejo del esférico y los tiempos en el centro del campo.
Y, en especial, Dorrio, Josue, que, haciendo honor a su nombre, lideró una ofensiva que terminó desarbolando a la Cultural. Cuatro a un goles. Marcador corto hasta para el más acérrimo de los blanquiazules. Una segunda mitad que arrojó un 1-0 parcial gracias, en grandísima medida, al soberbio comportamiento de un arquero digno de un equipo que lideraba la tabla.  Que me perdonen los amigos de la 'Cultu'. Pero es que hoy, luego de un comienzo tan inquietante del Club Portugalete, tocaba darle al equipo de Aitor Calle el debido reconocimiento a un futbol espectacular. No fruto de la casualidad ni de una mañana afortunada. Sino de ese principio tan básico como concluyente que reza: "Sobre el césped, los mejores once futbolistas; cada uno de ellos, en su lugar adecuado".
  Máxima que Aitor Calle no podía haber aplicado por la ausencia de jugadores franquicia como Txopi, Infante, Gabri, Parra y, atención, Dorrio, que ha escenificado lo que en twiter su afición del Vitoria nos anunciaba: "Vais a disfrutar lo que no cabe en estos escritos"...  Salvo el lateral izquierdo, ocupado por un central como Jon Moya, Parra por la derecha, Infante por la izquierda, Ukerdi Corres y Txopi en la sala de máquinas. Y arriba, lo inaudito por inesperado: un dúo eléctrico, dinámico, dotado de una calidad inmensa que, al no ocupar posición de nueve ninguno de ambos, descoloco a una Cultu que, llegado un momento, no sabía por dónde le venía el huracán jarrillero.   Porque Dorrio no es nueve. Tampoco Gabri. El ex del Vitoria es un siete puro, y el pródigo de Burgos, Gabri Ortega, es un todoterreno que lee el juego así que se sitúe debajo del travesaño. Sin ariete, la zaga de la Cultu no sabia si seguir a Dorrio a la banda o adelantarse para fijar a un Gabri Ortega que se retrasaba para coger bolida y aliento.
  Hasta tres mueve puros tiene Calle a su disposición: Bonilla (fuera de la convocatoria), Óscar y Platero. Ninguno de los tres de inicio, y tan solo Platero desde el banquillo para suplir al pequeño diablo Dorrio, un espectáculo para excitar los sentidos del aficionado más exigente.. El Portu se pudo ir más allá de la media docena, pero se plantó en cuatro. La Cultu recogió su botín, ese gol que le ponía por delante...para, de seguido, pasarse todo el partido corriendo detrás de gualdinegros, que se les mostraban esquivos con el balón en los pies.  Aitor Calle ya tiene a lo mejor sobre el campo. Ahora debe gestionar tanta calidad como atesora para remontar poco a poco a base de maneras de jugar a fútbol como la que hoy "la afición tan exigente  e impaciente de  este Portu" , como no se cansa de confesarme Txopi, ha podido ver hasta un disfrute casi ilimitado. Aitor Calle ya tiene a 'su gente'. Ha llegado su hora: "Ascender al Portu como entrenador ya que como futbolista no pude".
Por Luis María Pérez, 'Kuitxi'. Periodista, montañero y exfutbolista del Portugalete