Lo bueno conocido
La confección de la nueva plantilla del Betis ha albergado un amplio abanico de directrices deportivas. Por un lado existe una apuesta clara por jugadores consolidados, con trayectoria y experiencia, y por otro un riesgo evidente con jugadores en los que se confía, pero que despiertan una lógica incertidumbre sobre su rendimiento.
Pero en cualquier caso, dentro de todos estos caminos contemplados por Stosic y los suyos, tienen uno ya recorrido y que, en esta nueva campaña verdiblanca, con Europa en el horizonte, es la máxima garantía para el equipo y para Pepe Mel.
Más allá de fichajes de entidad, como sobre todo el de Verdú, y más allá de apuestas como Lolo Reyes o Cedrick, el Betis debe agarrarse a sus auténticos hombres referencia, los que han llevado a este equipo al más alto nivel. Rubén Castro, Jorge Molina, Juan Carlos, Nacho... son esos jugadores, fichaje tras fichaje, los que tienen la vitola de referencias del equipo. Se echa en falta alguna más. Las salidas de Cañas, Beñat, Adrián o Cambpell, evidencias más allá de la imposibilidad económica de seguir contando con ellos, son un hueco que debe cubrir el Betis, sobre todo en el centro del campo, donde la columna vertebral del equipo ha sufrido un duro golpe al fin y al cabo. Quizás esa recomposición también venga desde dentro, con Nono o con Nosa, pero no vendría mal una ayuda en forma de refuerzo, y de entidad.
Es Verdú por ahora el fichaje que ha llegado para elevar el nivel de la plantilla. Quizás porque, sobre todo en ataque, ese nivel sea muy difícil de mejorar.
El caso es que, otro verano más, los pilares del Betis tienen nombres y apellidos conocidos. Y eso por un lado es buena cosa porque su rendimiento está de sobra comprobado. Por otro, hay que confirmar que sus nuevos 'colaboradores' también pueden sumar.
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