Lo 'bailao' del Betis y lo que le queda por bailar al Sevilla

Betis, que te quiten lo 'bailao'. Más claro el agua. Es un equipo recién ascendido, con problemas económicos y un equipo discreto en cuanto a nombres, pero de gran rendimiento en cuanto a hombres. El mayor responsable de todo eso es Pepe Mel, sin duda, que se merece disfrutar del liderato. Ya lo hemos comentado en las anteriores jornadas, el Betis es valiente, es atrevido, arriesgado, y también tiene suerte, esa suerte que le sonríe a los que arriesgan y sobre todo la suerte de los valientes. Los inicios de temporada son fundamentales en muchos casos para los equipos de fútbol. Porque los reafirman en sus ideas y porque cimentan las bases de lo que luego vendrá. Habrá partidos en los que sufrirá este equipo. Porque tiene deficiencias. Sigue teniendo una defensa débil cuando da su espalda, un centro del campo por momentos brillante y por momentos inexistente y un desgaste físico enorme en los partidos, que le hace llegar extenuado a los últimos minutos. Esos son sus puntos débiles a día de hoy. Pero qué más da. Todas esas deficiencias son menos influyentes que sus virtudes. Se empieza a destapar el Betis como un equipo eficaz, que cuando va a morder muerde, no pierde la ocasión. Y un equipo vertical, que cuando quiere arrinconar a su rival lo arrincona. Y sobre todo un equipo ganador.
Luego está Beñat. El inicio del jugador vasco me despierta la duda, y el debate sobre si este jugador es normal o tremendamente bueno, genial incluso. No creo que haya término medio. Cuando el futbolista funciona, el Betis funciona. Cuando está entonado su equipo tiene mil formas de perforar las zagas rivales porque Beñat ya está jugando sin el balón en los pies. Sus pases ya han surgido cuando la pelota aún no le ha llegado. Para colmo de bienes, su precisión en el golpeo es formidable. Pero en ocasiones se pierde, desaparece. Quizás sea su forma física, íntimamente ligada a su juego, o su falta de dosificación durante los partidos. Puede incluso que tácticamente pueda mejorar y eso propicie un rendimiento medio más alto, sin tantos picos. Eso sí, en sus momentos de brillantez es de muchos quilates.
En cuanto al Sevilla, todavía tiene que andar, o mejorar mucho su baile, si me permiten continuar el símil con el que hemos iniciado este texto. Algo bueno deja el partido de Pamplona. El equipo está implicado. Lo que pasará en el futuro dependerá del devenir de los resultados, pero los jugadores, acertada o desacertadamente, más lo segundo que lo primero desgraciadamente, están implicados, aplican intensidad a sus acciones, ponen empeño en las correcciones, sobre la marcha incluso, y eso es un punto de partida importante para las mejoras que este equipo necesita.
Necesita jugar más en corto, más concentración al construir. No todo puede ser que Navas o Kanouté o Perotti o el de turno resuelvan la papeleta, deben creer más en el juego colectivo, sobre todo a la hora de construir y hacer fútbol. Quizás, para jugar más en corto, venga bien escalonar más el equipo, es decir, aportar más líneas en la disposición del once, o lo que es lo mismo, cambiar el sistema. Al menos de manera puntual y según las circunstancias. Por ejemplo en Pamplona, durante fases del encuentro se echaba en falta la participación en el juego de los delanteros, pero andaban siempre alejados de Trochowski y Fazio, a lo mejor necesitaban un enlace.
Las mejoras tendrán, de cualquier forma, una prueba de fuego, y de las buenas, ante el Valencia.
Ps. Déjenme aportar una nota al resumen de la jornada. Demagogos y vomitivos en algunos instantes los comentarios de los compañeros de laSexta sobre la supuesta igualdad, según ellos, de la Liga española. A ver qué dicen en mayo. Compresivos comentarios al fin y al cabo, porque Roures, al que Del Nido le quiere desmontar el chiringuito de Madrid y Barcelona, es su mandamás, pero hay formas y formas. 'Puag'.
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