La plata no da la felicidad

A este Decano le pido más. Al brillante pero estéril juego que vio Javi López frente a Nàstic y Real Sociedad le han seguido dos partidos mediocres de los albiazules. El Recre ha demostrado, en algunas fases de partidos concretos, que puede alcanzar un alto nivel, de ahí mi exigencia. No obstante, mi requerimiento no es sinónimo de enfado con la trayectoria recreativista.

Miro la tabla y hay 22 equipos, o sea todos, que generan enfado de una u otra forma. Pocos se salvan. Sólo el Córdoba de Lucas Alcaraz y el Levante me pueden llevar la contraria a día de hoy. El líder Real Sociedad convence poco por más que venza. El Cartagena teme por la pérdida de la etiqueta ‘revelación’ tras dos derrotas seguidas que le inquietan y el Hércules está por debajo de las expectativas que creó la temporada pasada y del presupuesto que lo sostiene. Y esto es sólo la zona de ascenso. El Elche ha despertado, pero ya ha cambiado de entrenador. Rayo Vallecano y Nàstic comparten con el Recreativo una irregularidad que llega a desconcertar.

Todos sabemos que el Villarreal B no es de esta Liga y si lo es pasa por invisible. A Antonio Tapia sí que le gustaría ser el hombre invisible en Sevilla. El Numancia, recién descendido como el Betis, lleva cinco jornadas sin ganar. No hay peor situación en la Liga que competir sin objetivos, y eso es lo que le ocurre en estos momentos a Las Palmas, Salamanca y Albacete. El Huesca sufre y tiene ya asumido que sufrirá hasta el final, aunque el proyecto era para subir un escalón en la categoría. Girona disfruta con la goleada al Cádiz y su buen momento en general, pero llegó a estar las primeras seis semanas del campeonato sin ganar, eso sí, la mitad que el Murcia. El conjunto murciano está en puestos de descenso, como Real Unión, Celta, ahí es nada, y Castellón. De su angustia mejor ni hablar. El Cádiz no está entre los cuatro últimos, pero como si lo estuviera.

Si ésta es la estampa de la Segunda, mejor prescindir del desasosiego invernal, dejar de replantearnos el proyecto cada semana, sumar los máximos puntos posibles y en la recta final del campeonato dejarnos llevar por la emoción. Así nos evitamos varios meses de sufrimiento.