La Cueva y su lema: “Creer en lo que vemos”
El lema gobierna en rotulador una pizarra colgada en la oficina que cobija a la secretaría técnica del Málaga: “Creer en lo que vemos”. Es el leitmotiv de La Cueva, así se le conoce al departamento más futbolístico del club por la ausencia de luz natural en el que hasta hace poco era su primer emplazamiento. Ahora estrenan uno nuevo, en los bajos de la Grada de Tribuna, acondicionado hasta el mínimo detalle por el jefe de mantenimiento de la entidad, Javier Pérez, que incluso ha instalado un escudo del equipo con leds que le otorgan una llamativa variedad cromática. Justo debajo, dos ojos de gato. El ojo, una de las grandes virtudes de la dirección deportiva de un club de élite.
No sobran los ordenadores ni los espacios para la conversación y el diálogo en la secretaría técnica. Es un lugar coqueto, optimizado, donde fluye el fútbol y la previsión para dotar a la planificación del Málaga de los futbolistas más interesantes en sus diferentes necesidades a corto, medio y largo plazo. “Nuestro lema es creer en lo que ves, no en lo que tú me vendas o cualquiera diga. Creer en lo que ves es la base de todo. Luego está la postura de cada uno de nosotros y en la riqueza que eso genera”, explica Manolo Gaspar, secretario técnico del club, en una entrevista con ElDesmarque.
En las mesas contiguas analizan partidos los dos ojeadores de la secretaría: Martín Viberti, hijo del mito argentino y más enfocado a ligas sudamericanas; y Francisco Capote, exjugador profesional y centrado sobre todo en futbolistas jóvenes. El ambiente que fluye es sano y agradable, uno no se siente excluido. Mientras, el director deportivo, José Luis Pérez Caminero, y su mano derecha, Juan Rodríguez, asisten al entrenamiento del primer equipo. El segundo tiene una labor más centrada en el día a día de la plantilla blanquiazul. Luego está Capa, analista del primer equipo, “un acierto para el club por el importantísimo trabajo que hace”, recalca Manolo; y La Academia, con Rafa Gil y Duda, “y su equipo de trabajo en el que nosotros no entramos”.
El día a día es “monótono” y empieza muy temprano. En su metodología de trabajo es básica la información, la tecnología y los contactos. “La información al minuto es muy importante, sobre todo en redes sociales y prensa digital. A través de esas fuentes nos enteramos de muchas cosas, incluso de información política o social de un país donde puedes picar a un jugador que quiera salir”, explica Manolo, que asevera que “la secretaría que no tenga una buena herramienta tecnológica difícilmente funciona”.
“La secretaría técnica que no tenga una buena herramienta tecnológica difícilmente funciona”
En el día a día de La Cueva se trabaja fundamentalmente con tres programas: Wyscout, Scout7, y ProFootballDB, de BeSoccer. “En Wyscout podemos ver a cualquier jugador del mundo de cualquier categoría; en Scout7, una herramienta buenísima, metemos todos los informes de jugadores, todo lo que Martín y Capote van viendo y yo voy filtrando; y ProFutbol DB es también buenísima e ideal para filtros estadísticos de jugadores”, explica Manolo Gaspar, que incide igualmente en la importancia de los contactos: “Son fundamentales en este mundillo. Te abren la puerta a muchos jugadores a los que piensas que no tienes acceso”.
El visionado de imágenes es constante. Al día se pueden inscribir a 60-70 jugadores con breves comentarios que van a más si se considera que son futbolistas interesantes para monitorizar su evolución. “Cada uno tiene una liga fuerte a la que sigue, luego están las ligas secundarias y las ligas informativas”, analiza Manolo que señala como clave LaLiga 1|2|3: “La seguimos a full. Es un mercado que, siendo el Málaga, seguimos como prioritario antes que primeras ligas de otros países”. Ahí, sobre todo a la hora de avanzar con jugadores, son importantes los viajes, ojear sobre el terreno: “Ahora estamos en una época de fútbol bruto. Luego llega la época de los filtros y del fútbol neto, jugadores para ver en directo. Aprovechamos Andalucía, que tenemos Primera y Segunda muy a la mano, y vemos a gran cantidad de jugadores”.
Decía el secretario técnico blanquiazul que es época de fútbol bruto: “Una vez cerrado el mercado y con la liga empezada vemos las necesidades del equipo y cada uno se centra en sus ligas determinadas en las posiciones que creemos que pueden ser importantes a cubrir en el siguiente mercado, pero siempre con la vista puesta más allá. Ahora nos centramos en invierno, pero también en verano y, siendo realistas, hay que plantearse los escenarios de seguir en Segunda o de ascender a Primera, espero que sea esto último”.
Jugadores de seguimiento y ofrecimientos
Dentro del volumen de futbolistas que maneja una dirección deportiva están los llamados 'de seguimiento', “un jugador que te ha gustado en un determinado momento y al que nunca has perdido de vista siguiendo su evolución, lesiones, picos de forma, que siempre has creído en su capacidad para tu equipo”, comenta Manolo. Un ejemplo reciente es Ignasi Miquel, “al que al club le ha aportado dinero en el balance de gastos-ingresos". “Era un jugador al que teníamos en nuestra prelista para posible incorporación. La lesión de Juankar nos dio la opción de adelantarnos y traerlo a un precio de risa para Primera. Dio un rendimientos formidable y de ahí su venta”, argumenta.
"En días clave de mercado podemos recibir del orden de 15 o 20 ofrecimientos. De ahí se hace un rastreo y un filtro porque te ofrecen cualquier cosa"
En el otro ángulo inverso están los clásicos ofrecimientos. “En días clave de mercado podemos recibir del orden de 15 o 20. De ahí se hace un rastreo y un filtro porque te ofrecen cualquier cosa. Los listos son aquellos que te mandan el jugador que te puede encajar en tu estilo de juego y en tu economía. Aquí han llegado a ofrecer jugadores cojos, jugadores que después los has visto y… Pero es su oficio, hacen su trabajo y si cuela, cuela”, remacha Manolo. De ahí, y dentro de un mercadeo nada sencillo en la élite donde el dinero mueve voluntades y arrastra intereses, la importancia de 'creer en lo que ves'. Ya lo dice la pizarra de La Cueva...
