El muerto acaba octavo

El Málaga acaba octavo y se despide con goleada de La Rosaleda. ¿Qué más quieren? Sí, se puede pedir más, efectivamente. Pero hay que recordar cómo ha sido el curso, para aprender de los errores, para saborear mejor el gusto de cerrar un año deportivo a un paso de Europa. Ahora bien, es al club a quien toca exigirle un paso más, que nunca se vuelva a ver al equipo colista y sin síntoma de vida, que aspire a aspirar a algo más.
Termina la temporada 2015-16 con el jeque Al-Thani bajando al césped como hace dos años ante el Levante. Esta vez no hubo ovación, se llevó una pitada antológica solamente mitigada por el sonido de los altavoces del estadio con el himno. Tome nota el presidente, Málaga tiene buen corazón, pero no quiere que se lo rompan. Ahora está en su mano volver a ser héroe y trabajar por el futuro que merece la entidad y la afición.
Empezó la mañana con la felicidad de poder celebrar el título del equipo juvenil, con el inmenso tifo de Frente Bokerón en su último partido en Fondo después de 30 años y con una ocasión de Charles a los dos minutos de comenzar a rodar el balón. Se avecinaba fiesta.
El Málaga, con el mejor once que le quedaba, rondó el gol con otra ocasión de Cop y un par de 'casi ocasiones' consecutivas de Camacho. Aunque más contundente que ellos fue Willian José, que cabeceó al poste un balón que Ochoa ni vio. Las Palmas dejaba al equipo malacitano llevar el peso del partido porque se sentía cómodo montando contragolpes veloces, pero dejaron meterse al Málaga demasiado dentro y así llegó el primer tanto del duelo. Un centro con la izquierda de Miguel Torres y un remate suave y con intención de Cop.
La alegría duró poco. Willian José aprovechó la empanada del Málaga a la salida de un córner para batir a Ochoa en el área chica después de un balón de Tana. Después el mexicano tuvo que tirar de reflejos para impedir que el rival se adelantase en otras dos ocasiones casi seguidas. El Málaga no se conformó y apareció Juanpi para lograr una conexión en una baldosa y acabó forzando penalti. Lo ejecutó Charles, que le pidió el favor a Cop y Juanpi y cortó así dos meses de sequía.
La segunda parte estaba siendo un poco descafeinada, pocas ocasiones y un fútbol más apático por parte de ambos. De hecho, si alguien estaba mereciendo más el gol era el conjunto de Quique Setién, que se topó con un Memo Ochoa que sale poco pero bajo los palos es uno de los mejores porteros del mundo. Un alarde de reflejos para sostener el marcador.
Y ahí anduvo la diferencia. Del 2-2 a levantar al estadio de los asientos. Eso espoleó al Málaga, que comenzó a mostrar sus credenciales a la contra. Primero se perdió una imperdonable, pero llegó el indulto. Atsu definió a la perfección en una acción que justifica el interés de Gracia en quedárselo otro año. Pero la delicatessen de la tarde la tenía que poner el capitán Duda.
En un contragolpe fulgurante de Chory Castro apareció el portugués y se le pidió con insistencia. Había frenado la contra del Málaga, pero es que tenía un plan. O no, simplemente calidad. No se les puede contar esta asistencia, hay que verla. Una rosquita al maldito corazón del área, imposible para la defensa pero perfecta para un hambriento Charles que quería más. Gol del brasileño, que se fue como un poseso a celebrarlo con el Frente Bokerón, la última vez que veremos esta estampa en Fondo.