(3-5) Fuego a discreción en Zaragoza

A partirt de ahí, durante 20 minutos el Málaga apenas tocó un balón. El Zaragoza jugó al toque, movió el esférico de un lado hacia el otro y probó suerte en varias ocasiones desde fuera del área. Dio tiempo entonces para que se luciese Galatto (bastante equilibrado, destaca sobre todo por sus reflejos) y Kris se ganase una amarilla. Ambos, debutantes hoy en la Liga, se encontraron con el estreno más dulce que jamás podrían imaginar. Aunque podía parecer que el Zaragoza se había quitado el complejo de ir perdiendo por 0-2, eran los malaguistas los que se frotaban las manos con la posibilidad de lanzar algún contragolpe. Antes, Leo Franco, señalado por la grada, le regaló al Málaga el 0-3 tras comerse otro centro, esta vez en saque de falta, de Eliseu que Fernando remató a la red. Un minuto después, llegaba esa contra de Quincy que, por la derecha, le envolvió el cuarto a Juanmi en papel de regalo.
Es curioso el caso de Quincy, autor en el 35' del 0-5 tras otro despropósito absoluto de la defensa aragonesa. Zigzaguea y coge velocidad con tanta facilidad que deja un regusto amargo la cantidad de goles claros que marra. Tuvo el sexto en la primera parte, pero intentó una vaselina descabellada con dos compañeros al lado. Lo mismo le pasó dos veces más en la segunda mitad. Su potencial, sin embargo, invita a soñar con que el Málaga tenga a una de las estrellas de la Liga en su casa.
El final del partido y su segundo acto en general sólo sirvió para que los de Jesualdo y los suyos desluciesen lo que ellos mismos dibujaron en los primeros 45 minutos. Tiene problemas en defensa porque le falta seriedad y deja al rival moverse con demasiada sencillez cerca de su área. Así se ganó el Zaragoza su honor con los goles de Edmilson, Marco Pérez y Ander. Podía haber caído alguno más, pero ya no llegó. Los había gastado todos el Málaga.