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Mañanitas tristes

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Foto autor
Álvaro Ramírez (Enviado Especial en Tokio)
Ceballos se duele, durante el Egipto-España (Foto: CordonPress).
Ceballos se duele, durante el Egipto-España (Foto: CordonPress).

España no pasó del empate en su debut olímpico ante Egipto, en un partido bastante plano de la selección española que, pese a todo, pudo llevarse el encuentro en el tramo final. Fue un encuentro aburrido, en el que se notaron tanto las condiciones climatológicas y la humedad como el cansancio que de entrada parecen tener los jugadores que llegan de la Eurocopa. Casualidad o no, Pedri, Oyarzabal y Olmo, los tres de ataque que disputaron el torneo europeo, estuvieron grises y poco activos. Los otros tres, Eric, Pau y Simón, apenas tuvieron trabajo ante una Egipto que hizo lo que pudo, pero solo en defensa.

Fue el debut español en el torneo fútbolístico y el de la delegación en los JJOO, y la Roha no brilló ni obsequió a la afición española, que siguió el partido en su mañana, con un buen arranque del día. España era clara favorita y se deja dos puntos ante los africanos, a priori los más flojos de un grupo con Australia y Argentina. En todo caso, el empate, como demostró España en la Eurocopa, tiene muchas aristas, y tiene la selección mil y una formas de enderezar su camino.

España fue una mezcla de lesionados y monotonía. Lesionados fueron Mingueza y Dani Ceballos, el mejor y más incisivo de España hasta su cambio. Horizontales fueron casi todos, pocos se atrevieron o pudieron romper una sucesión de líneas egipcias que contaban con futbolistas aguerridos y disciplinados, valientes en todo balón dividido, pero poco más. El equipo africano apenas asustaba en ataque y tenía problemas para trenzar una jugada decente.

Pero ese no era problema. Sabían a qué y por qué jugaban. Sin embargo España fue más indefinida. Con poca profundidad, apenas surgían jugadores valientes. Apenas Dani Ceballos, que aun con fallos fue atrevido, busco el uno contra uno y hasta el disparo, uno al palo. Solo el sevillano rompía una monotonía de la que no salían los Pedri, Merino, Asensio, Oyarzabal... España apenas alcanzaba el área egipcia con balones laterales de Mingueza primero y Miranda después, pero con poco, muy poco, peligro.

Para colmo, Ceballos se lesionó al recibir un pisotón tan fuerte como involuntario, y España tuvo que reconfigurarse. Salió Moncayola, pero en realidad ese cambio nada alteró en la selección olímpica. Por eso llegaron mediada la segunda parte los de Bryan Gil y Rafa Mir para intentar agitar el árbol. España controlaba el partido, qué menos ante una limitada Egipto, pero no encontraba ni opciones de último pase ni opciones de disparo. Cuando pisaba área era de forma abrupta o con demasiados jugadores africanos defendiendo. No había sorpresa.

En los minutos finales, España, más por insistencia que por claridad, sí pisó más área, y hasta gozó de dos oportunidades relativamente claras. Una de Mir a pase de Miranda y otra de Vallejo, que remató rematadamente mal tras un fallo defensivo egipcio. El partido no tuvo más. La selección se atascó y tendrá que encontrar los caminos para de verdad ser aspirante a medalla en el torneo.

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