El Valencia cumple ante el Celta en un partido que se jugó en familia

El Valencia CF ganó ante el Celta de Vigo en la jornada 38 de LaLiga Santander. Fue un choque atípico por el entorno, ya que había casi tantos valencianistas fuera protestando como dentro de Mestalla. Fue una victoria para cumplir el expediente, que se la llevó el equipo que fue mejor y que puso más ganas para hacerlo, un Valencia que se jugaba en casa la honrilla de no acabar esta temporada sin ganar desde marzo.  Maxi Gómez aprovechando un centro de Gayà remodelado por Marcos André anotó el primero antes de la primera media hora de juego. El charrúa, ya en la segunda, lograría el doblete al convertir Araújo en gol un centro chut. Victoria a fin de cuentas que no arregla nada, ni lo deportivo, ni lo económico, ni lo social. Choque que, paradójicamente, se recordará más por lo que sucedió fuera que dentro, donde apenas 16.189 aficionados pasaron por los tornos. Dentro parecía que había incluso menos.

Fue un partido anómalo, con sonido de fondo constante porque en la calle de tribuna había casi tantos valencianistas o más protestando contra la gestión que dentro del estadio. Sobre el césped, casi como ajenos a ello, en otro planeta, dos equipos ya sin historia en esta Liga jugaban el último choque del campeonato que empezó con sorpresa en el equipo local ya que Bordalás recuperó el 1-4-4-2 y apostó por hombres como Jaume en la portería.

Y la verdad es que eso de jugar con cuatro en el medio con Ilaix y Soler en el doble pivote mejoró el juego del equipo que, sin grandes ocasiones, empezó el partido dominando y agradando al escaso público que se dio cita en el coliseo valencianista.

En el 12 Maxi Gómez tuvo una primera y clarísima oportunidad de desnivelar la contienda. Su tiro, con la izquierda y a la media vuelta, se marchó alto. No perdonó sin embargo en el 27 el charrúa -con dedicatoria a su hija Catalina- y con el pecho anotó el 1-0. Gayà centró, Marcos André remató de forma acrobática y el 9 valencianista se tiró en plancha para anotar el primero de la tarde. Fue justo antes de la pausa de hidratación. Maxi Gómez, a pesar de ser su exequipo, lo celebró sin pudor.

En el 39 tuvo el celta una clarísima para empatar pero Jaume, ya batido desde el suelo desvió el remate de Nolito. El meta de Almenara lanzaba un puño al aire, la afición reía.

Cheryshev para despedirse sale y llega el segundo del Valencia CF

Tras el paso por vestuarios, Bordalás sacó a Cheryshev por un Bryan Gil desacertado. El ruso se despedía pero lo hizo con un estadio que presentaba una de las entradas más pobres que se recuerdan, casi de las de aforo pospandemia.

El partido siguió por los cauces del aburrimiento, todo y que el Valencia quería más y era mejor y, a la hora de partido, logró el segundo con más fortuna que otra cosa. Un centro chut de Maxi Gómez acabó en la meta de Dituro después de que Araújo lo desviara despistando al meta. 2-0.

El segundo gol propició el carrusel de cambios. Bordalás sacó a Mario Domínguez,  Guedes y Yunus Musah en el intervalo de diez minutos y aprovechando la segunda pausa de hidratación sentando así a Marcos André, Thierry Correia y Maxi Gómez.

Los cambios restaron fluidez al choque, todo y que el serbio Racic desde lejos, tuvo la suya, al igual que un combativo Guedes que, en el 88, pudo marcar. El choque, incomprensiblemente, acabó con pitada al árbitro, primero, y a la grada después. Y es que, aunque casi todo daba igual, Cordero no estuvo bien.

Los jugadores, eso sí, acabaron ovacionados y dando la vuelta de honor agradeciendo a los aficionados que sí entraron.