El Valencia se bebe el trago más amargo de la Copa

El sueño del Valencia CF aguantó 54 minutos, justo hasta que el Barcelona desarmó el cerrojo defensivo del Valencia y a la contra logró Coutinho el 0-1. Los de Marcelino García Toral, animados por su afición, trataron a la desesperada de igualar el tanto y, sin perder la cara al partido, buscó un milagro que Rakitic enterraría con el 0-2 en el 82. Al final, el Valencia se queda de nuevo a las puertas de una final, como hace dos años, y le toca centrarse en Liga para asegurar la clasificación de cara la próxima edición de la Champions League. En Mestalla al Valencia le tocó beber el sorbo más amargo de la Copa.

Sorprendió Marcelino de inicio por su once, en el que se quedaban fuera Carlos Soler y Guedes. Saltaban para intentar la remontada Jaume; Montoya, Garay, Gabriel, Gayà; Coquelin, Parejo, Kondogbia, Rodrigo; Zaza y Vietto. Pero aún sorprendió más su planteamiento. El técnico por primera vez cambió el sistema en toda la temporada. El Valencia abandonó su clásico 1-4-4-2 para jugar con un 1-4-3-1-2, dónde Rodrigo hizo las veces de enganche con Zaza y Vietto. 
El ambiente era espectacular. Mestalla no se llenó, pero casi y desde el primer minuto apretó y el equipo se dejó llevar. En el cinco llegaba el primer tiro a puerta, desde fuera del área, y obra de Coquelin tras lucir una pared con Zaza. La respuesta fue un lanzamiento de falta directo que Jaume despejó con los puños tras una estirada espectacular. 

Rodrigo y Coquelin comandan el asalto

En ataque el Valencia estaba bien. Rodrigo, de cabeza, probó los reflejos de Cillessen; pero atrás sufría. El problema del planteamiento de Marcelino es que Messi recibía demasiado fácil pues Parejo era el que cerraba la medular y el marcaje al hombre no es su fuerte.
Rodrigo, con la chispa de principio de temporada, y secundado por Coquelin, eran los hombres sobre los que recaía el peso del juego valencianista en la primera media hora. Ellos dos protagonizaron una nueva jugada que bien mereció el gol. El francés lanzó un pase largo que corrió Zaza y que terminó en las botas del internacional español quien, desde la frontal, se sacó un zurdazo seco que obligó a una gran parada de Cillessen. 
Con el paso de los minutos la posesión y el juego empezó a ser azulgrana y, aunque casi sin ocasiones, el peligro rondaba el área valencianista constantemente. Suárez, muy tapado, tuvo la mejor y única opción antes del descanso, al que se llegó con empate a cero; a pesar de que Kondogbia, estrelló un balón en el costado de la red de Cillesen tras otra gran asistencia de Coquelin.

Coutinho enmudece Mestalla

Había vida y había esperanza, pero la ilusión duró poco. Exactamente 4 minutos. Lo que tardó Coutinho en convertir el 0-1 tras una asistencia magistral de Luis Suárez. El brasileño, que había salido en el descanso por André Gomes, remachó cayéndose el 0-1 y prácticamente enmudeció a Mestalla. 
Marcelino, a la desesperada sacó a los dos hombres que todo el mundo esperaba de inicio: Carlos Soler y Guedes y sentó a los dos que habían sido mejores hasta el descanso. Cierto es que Rodrigo se marchó lesionado.
El Barça empezó a jugar a placer y tuvo una oportunidad de oro para rematar una eliminatoria que, de por sí, parecía vista para sentencia. Sólo un milagro podría meter al Valencia. De cabeza Guedes la tuvo antes de que Garay se rompiera y tuviera que retirarse defendiendo un gol cantado del Barcelona.
A la contra, sin embargo, el Valencia guiado por Guedes aún creía. Gayà, tras pase del portugués, falló solo ante el meta holandés del Barça. Mestalla se tiraba de los pelos, Zaza también y fue amonestado.
Con el Valencia volcado, el Barcelona enganchó un buen contraataque que permitió a Rakitic quedarse sólo ante Jaume tras una buena asistencia de Suárez. El croata no perdonó y terminó con la agonía de un Valencia que se quedaba a las puertas de una final, como hace dos años, y también a botas del mismo verdugo. El Valencia se bebió el trago más amargo de la Copa en Mestalla.
 

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