¡Qué última jornada tan diferente!

La temporada del Valencia CF da sus últimos coletazos. Este viernes el equipo ché despedirá en Mestalla una triste temporada en la que el valencianismo no ha tenido más remedio que ver como su equipo se ahogaba en la mediocridad. El resultado de ese fiasco deportivo es lo que se vivirá en Mestalla este viernes en un último partido en el que el Valencia CF no se juega nada a efectos de clasificación. Si bien se trata de un partido intrascendente, no se debe menospreciar la victoria pues de ella depende que el club ché aumente sus ingresos televisivos para la próxima temporada. En cualquier caso, un triste epílogo para un equipo diseñado para pelear por las cotas más altas y que no ha sabido estar a la altura de las circunstancias y de la grandeza de sus aficionados. 

Un final de Liga que contrasta totalmente con el de la pasada campaña con muchos de los jugadores que actualmente conforman la primera plantilla del Valencia CF y con la propiedad del club en manos de Peter Lim como ya ocurriese la temporada pasada. 
A diferencia de esta temporada, el Valencia CF sí que alcanzó los objetivos clasificándose para la Liga de Campeones. Cerró la competición liguera en la cuarta posición que daba acceso a la previa de la máxima competición continental y para ello, fue necesario sudar tinta hasta el último minuto de la última jornada. El equipo dirigido por Nuno Espírito Santo se dejó los deberes para la última jornada, situación que obligaba al Valencia CF a jugarse el todo por el todo a domicilio contra un Almería que se jugaba la supervivencia en Primera División.
La emoción y la expectación de la afición en la última jornada de la temporada pasada eran máximas, todo lo contrario a esta
Así pues, el Valencia CF tenía ante sí una auténtica final. La expectación de la afición y la emoción eran máximas, tanto que la hinchada valencianista no dudó en hacer todo lo posible por conseguir entradas y desplazarse masivamente hasta la ciudad andaluza. 
Fue una gran tarde para el valencianismo. Los cientos de aficionados allí presentes, además de Peter Lim y la plana mayor del club ché, disfrutaron del regreso del Valencia CF a Europa por todo lo alto, de la mejor forma posible, con suspense y remontada incluida. (2-3) Aquel gol de Alcácer en un final de infarto desataba la locura y devolvía al Valencia CF a lo más alto en una tarde en la que lo único negativo fue la grave lesión que sufrió Diego Alves en su rodilla. 
Aquello, nada que ver con el descafeinado final que se vivirá el próximo viernes en Mestalla. El objetivo de cara a la próxima campaña es que eso quede en una mera anécdota y que la emoción vuelva a Mestalla, de donde nunca se debió marchar.