El Valencia de Nuno ha perdido su fortuna

El Valencia fue incapaz de superar al Real Betis aunque fue mucho mejor y jugó con un jugador más durante toda la segunda parte. El equipo dominó, tuvo muchas ocasiones pero parece haber perdido su idilio con el gol y sigue sin ganar en Mestalla en el presente campeonato de Liga.

Rotaciones a gogó después de perder contra el Zenit. Tres titulares contra el equipo ruso se quedaron en el camino, bueno, en la grada: Negredo, Enzo Pérez y Cancelo. Junto a ellos, Piatti y Vezo fueron los jugadores sacrificados o elegidos para descansar.
El partido era propicio. El rival no parecía un equipo temible, ni por su pasado, ni por su presente. Quizá por eso Nuno hizo tantas rotaciones y puso en liza una especia de 4-4-2 con Rodrigo Moreno como segunda punta junto a Paco Alcácer. Parejo y André tapaban la izquierda, que quedaba sólo para Lucas Orban. El EBetis se dio cuenta rápidamente y volcó por ahí su juego. 
En ataque, el Valencia, se volcaba con Feghouli por la derecha y con André Gomes, que recuperaba la titularidad cuatro meses después. Sus slaloms verticales dividían la defensa verdiblanca como un cuchillo caliente cortando la mantequilla. Feghoouli, celoso, le imitó y obligó a lucirse a Adán en el 14. El argelino se hizo un autopase elevándosela a su par y, al caer, empalmaba la pelota pegadita a la base del palo bético.
Los verdiblancos, en esta ocasión de azul, empezaban a sufrir las acometidas valencianistas. Otra internada de André por la izquierda acabó en un remate forzado de Paco Alcácer. El gol se mascaba. Los primeros 20 minutos del Valencia estaban siendo los mejores del equipo en casa. El propio delantero, haciendo las veces de asistente, dejaba sólo a Rodrigo, pero éste no acertó con el control.
Se sucedían las llegadas. La afición se volcaba y sólo faltaba el gol. A la contra Joaquín, recibido como un ídolo, probó a Jaume al filo de la primera media hora. Rodrigo Moreno, de cabeza tras una falta sacada por Parejo desde la frontal, daba la réplica a los andaluces. Su remate se fue alto por poco. 
A la siguiente era Soso el que probaba a Adán. El interior derecho estaba pletórico pero, como a todo el Valencia, parece que la luz se le ha apagado en ataque. La temporada pasada estas mismas ocasiones habrían supuesto fácilmente dos o tres goles.
Es cierto que, aunque el Valencia dominaba, los balones no le llegaban con claridad a Alcácer, que es el hombre gol. Y claro, el equipo seguía desperdiciando buenas opciones. Así, Feghouli en el 45 remataba fuera una buena asistencia de André. Era un milagro, pero el marcador no se había movido. 

Con uno más sigue el asedio

André, uno de los mejores en la primera entrega, pero también uno de los más cansados, dejó su puesto a Bakkali en el descanso. El belga ocupó la banda izquierda y provocó la expulsión de Ceballos en la primera ocasión que tuvo el esférico en sus pies. El jugador de origen marroquí promete, agrada a la afición y "té cosetes". 
Con uno más, Pepe Mel sacó a Xavi Torres por el delantero Jorge Molina, justo en el que Javi Fuego ponía en apuros a Adán desde fuera del área.  
El acoso era asfixiante, pero no acertaban los valencianistas con la meta rival. El Betis ya ni salía a la contra. Esperaba agazapado las acometidas valencianistas. Los centros se sucedían, pero no los goles. Cejudo salía en las filas hispalenses por Portillo.

Nuno se lanza a por todas

Con media hora por delante era increíble que el Valencia no hubiera marcado ya. Mestalla se desesperaba, pedía que le echara gónadas al asunto y la respuesta del banquillo, también intranquilo y ansioso por marcar, fue poner en liza a De Paul. El argentino sentó a su compatriota Lucas Orban. El equipo defendería sólo con tres defensas para conseguir el merecido y necesario gol de la victoria. 
Joaquín se llevaba la ovación de la tarde cuando dejaba el campo a Rennella. El extremo del Puerto es muy querido en Valencia, pero no tanto como los tres puntos que se escapaban. A balón parado Alcácer probaba sin suerte. De cabeza era Mustafi quien remataba de forma horrible.
El Valencia estaba contra uno menos, pero también contra su propia ansiedad. Bakkali y Feghouli abrían el campo para que De Paul, Rodrigo, Parejo o Alcácer aprovecharan algún hueco para marcar. Era en vano. Parecía que el Valencia estaba gafado, Alcácer a bocajarro no acertaba a rematar.
La última baza de Nuno fue sentar a Rodrigo Moreno, que se marchó pitado por Mestalla, por Santi Mina. El hispano-brasileño no está fino, no se encuentra y Mestalla no parece perdonarle al técnico que disponga de tantas ocasiones. Ocho minutos más el añadido es lo que iba a tener el gallego para arreglar el desaguisado. No en vano, con el paso de los días, todo el mundo olvidará que el Valencia fue mejor, y recordará que no pudo pasar del empate contra un Betis con un jugador menos. ¿Injusto? Sí, pero real como la vida misma y como la pitada que el respetable le dedicó al entrenador y al equipo al final del tiempo reglamentario. El público se dejó la garganta animando hasta el final, pero luego estalló de rabia.   
Un cabezazo de Abdennour sobre el tiempo añadido fue el epílogo de una tarde en la que el Valencia y su entrenador parecen haber perdido su fortuna.