Negredo cumple su palabra: Un gol que vale por cuatro

El Desmarque Valencia arrancaba el pasado mes de noviembre de 2014 con una entrevista a Álvaro Negredo, en ella el delantero madrileño se acordó de que cuatro goles suyos habían dejado al Valencia CF sin la posibilidad de disputar la previa de la Liga de Campeones con Ernesto Valverde en el banquillo y dijo una frase que se quedó grabada en la memoria de todos: "Defendía otros colores y ahora me toca compensar y voy a hacerlo". Pues el '7' lo ha hecho, ha cumplido su palabra con creces 289 días después de aquella afirmación. Este 25 de agosto de 2015 devolvió al Valencia CF a la máxima competición continental con un gol de bandera, uno de esos que saldrá en las promos de las próximas ediciones de la Champions, un tanto que sólo los elegidos son capaces de anotar.

La dedicatoria del gol a su hija y su familia

Negredo estaba exultante tras el partido. Sabía que su gol había sido muy importante para el club y su sonrisa delataba su estado de ánimo: "Se lo dedico a mi familia, a mi hija, y a mi gente que está conmigo en lo bueno y lo malo. Estoy contento porque mi gol nos ha servido para estar dentro de la Champions pese a la derrota". El madrileño ha comenzado como un tiro la temporada postulándose como uno de los mejores goleadores chés en estos primeros meses, unos goles que le han hecho borrar la mala temporada que vivió el año pasado: "La temporada anterior ya es pasado, ahora hay que seguir disfrutando de minutos. Siempre buscó el gol, pero bueno el sábado pasado hice una buena actuación y no marqué. Ante el AS Monaco he podido hacerlo y me deja muy feliz". Mientras que se despidió con un deseo que comienza este jueves en el sorteo de la Liga de Campeones: "Habrá que pelear duro por intentar llegar lo más lejos posible, es lo que queremos todos, llegar lejos en la Champions".

Ese gol en el Stade Louis II le devolvió al valencianismo todo lo que le arrancó de las manos hace dos años en el Sánchez Pizjuán con cuatro goles que derrumbaron al conjunto ché. Negredo evitó el milagro Valverde, con goles y con un protagonismo total del 'Tiburón': su primer gol y que sirvió para empatar el choque fue de chilena, sencillamente espectacular, nada pudo hacer Guaita con un tiro colocado y ajustado al poste. El siguiente fue de penalti, mientras que los dos últimos llegaron como buen depredador del área que es, siempre en boca de gol y con la fuerza necesaria para derrumbar el granítico equipo ché que formó el 'Txingurri'.    

Un año después la vida le trajo a Valencia y lo hizo con muchas ganas de poder enmendar aquellos cuatro goles, además de prometer a la afición compensar todo el 'daño' causado con su póker de goles en el Pizjuán. Pues ese momento llegó este martes en Mónaco: Nuno le dio la titularidad, todos los compañeros y en especial Dani Parejo lo mentalizaron, todos le dijeron que era su momento, que su magia debía de aparecer. Corría el cuarto minuto del partido más importante de este nuevo Valencia, Álvaro robó un balón a la zaga rival, avanzó con cinco zancadas para adentrarse en el área, cuando levantó la cabeza, vio al meta Subasic fuera de su zona natural y acarició el balón para ponerla donde solo unos poco la ponen. El tiempo se ralentizó y la estatua hierática e inerte de 191 centímetros del meta croata hincó la rodilla, tan sólo se movieron sus ojos pare seguir la trayectoria imposible de un balón en el que iba el perdón a miles de desilusiones por aquellos cuatro goles del Pizjuán. Un tanto que vale por aquellos cuatro.