No debió ser gol
La polémica volvió a aparecer en El Molinón. El Sporting de Gijón fue derrotado de manera clara por el Rayo Majadahonda. Sin embargo, el tanto que abría el marcador, logrado por Aitor Ruibal de nuevo en un contraataque tras un saque de córner a favor de los rojiblancos, dejaba una acción antirreglamentaria que pasó desapercibida a los ojos del colegiado Domínguez Cervantes.
Una jugada rápida, un repliegue defectuoso y un codazo en el círculo central que pudo haber supuesto un cambio sustancial en el desarrollo del encuentro. Carlos Cordero se llevó un impacto de Izan Carcelén que, según el árbitro Manuel Cadavieco Villanueva, en los micrófonos de Radio Marca Asturias, debería haber invalidado el resto de la acción.
Un forcejeo, un choque y Carlos Cordeo, en su desesperada carrera por intentar frenar el contraataque majariego, termina sobre el césped. La rápida acción de los visitantes, dejaría el balón en los pies de Aitor Rubial y terminaría en el gol que abría el marcador. La polémica se agrava no sólo por el tanto, que ponía cuesta arriba el duelo para los rojiblancos, si no que el autor de la infracción ya había sido amonestado con anterioridad. De percatarse el colegiado andaluz de su codazo sobre Cordero, podría haber sido expulsado.
Lo cierto es que no fue el único tanto que no debería haber subido al marcador. No estuvo afortunado el árbitro del choque. El segundo gol de los locales, logrado por Álex Alegría, fue con la mano. El delantero extremeño, en su esfuerzo por llegar al esférico terminó empujando el balón con su brazo derecho.
