Alarma en la zaga

La formación de la próxima plantilla del Sporting avanza a ritmo lento. Miguel Torrecilla, director deportivo de la entidad asturiana, no se impacienta, aunque hay motivos para, de momento, una ligera preocupación. Sobre todo a lo que se refiere a efectivos en la zona centro de la defensa. El Sporting sólo cuenta con tres centrales específicos y ninguno de ellos tiene la continuidad asegurada.

El conflicto con Babin no entraba en los planes del club, que ha visto deteriorada su relación con el central francés. Sobre el jugador pesa una apertura de expediente por motivos disciplinarios, por su voluntad de jugar con Martinica la Copa Oro y no acatar a la primera la negativa del Sporting. La tensión ha quedado en evidencia con el cruce de declaraciones entre las dos partes. Primero fue Babin al calificar de "falta de respeto" la determinación por la que no disputará el torneo internacional y, después, el Sporting al responder con firmeza a su jugador a través de un comunicado en su página web. Además, el defensa rojiblanco puso en duda su permanencia en la plantilla.    Este caso, unido a la prácticamente inevitable marcha de Jorge Meré y a la posible de Amorebieta, deja al Sporting en una situación comprometida, con el futuro en el aire de sus tres centrales. Por ello, el conjunto gijonés busca centrales en el mercado, aunque de momento no ha cerrado ninguna incorporación.    Al menos, Torrecilla ha comprobado 'in situ' el buen nivel de los zagueros del filial, prestando especial atención a las posibilidades de Juan Rodríguez y Pelayo Suárez. De este último se llevó muy buena impresión el técnico Paco Herrera, cuando el canterano disputó parte del segundo tiempo en el partido de ida de la eliminatoria frente al Beasain. Fue titular en la vuelta en Mareo, pero el entrenador catalán no pudo asistir al ascenso de los pupilos de José Alberto.