Jugada redonda

Álvaro Ramírez IIITarde impecable para el Sevilla. Todo le salió bien al conjunto nervionense y todo discurrió conforme a lo diseñado por el entrenador nervionense, Unai Emery. El Sevilla ganó, ganó bien; jugó además de forma convincente; los dos delanteros, que jugaron de inicio, marcaron, con el plus de confianza que supone; las bajas en defensa no se sufrieron; Rakitic descansó de cara al derbi; algunos jugadores como Cristóforo ofrecieron un buen nivel; y además de todo ello, la jornada también ha sido propicia, porque de entrada el Sevilla se afianza en la séptima plaza y acosa al Villarreal, a solo tres puntos y con el Pizjuán por visitar. Lo dicho, jugada maestra. 

Además el encuentro abre el abanico de posibilidades del equipo sevillista, que de hecho tiene muchas. Esta vez Emery optó por los dos delanteros, con un 4-4-2 clásico que hacía tiempo que no utilizaba. Y una forma de juego continuista en defensa, pero con ciertos retoques en ataque, ya que Rakitic estaba en el banquillo. Muchas alternativas y mucho protagonismo de los jugadores que deben tenerlo, que saben tenerlo. Es decir, los 'Reyes', los 'Vitolo', los 'Gameiro' y 'Bacca'... y también Cristóforo, que conformó una gran dupla con Iborra en el centro del campo, primero en defensa y luego incluso a la hora de construir.

Sin Rakitic, al que Unai Emery dio descanso, el Sevilla planteó el encuentro de nuevo desde la defensa, y desde ahí, sintiéndose seguro, fue creciendo el conjunto nervionense. En los primeros minutos del encuentro estuvo un poco a la expectativa, esperando al Almería, y tuvo claro desde el comienzo que la transición de la pelota debía ser muy rápida y vertical. Así, además, evitaba la acumulación de futbolistas rivales en la medular y las complicaciones para sacar la pelota jugada. Esa consigna la empezó a ejecutar a la perfección a partir de esos primeros 10 minutos, cuando además el Almería empezó a recular viendo que tampoco creaba peligro. El Sevilla entendió el encuentro a la perfección en esos momentos y, más que combinar, buscó rápidos avances de la pelota. Es decir, casi desde la defensa la pelota llegaba a Reyes y a Vitolo y no necesariamente a través de Cristóforo e Iborra. Anduvieron muy bien tanto el utrerano como el canario y eso provocó una gran fluidez y rapidez en el juego sevillista. A esta solución se le sumaba la alternancia entre Bacca y Gameiro a la hora de recibir la pelota, viniendo atrás a tocar y descargar a las bandas.  
Con los minutos, y pasando más tiempo en campo contrario que en campo propio, el Sevilla empezó a crecer más y más, encontrando además la participación de los dos centrocampistas, que arrancaron más cerca de los centrales y acabaron la primera mitad combinando asiduamente con los jugadores de ataque.
Fue un buen ejemplo el gol del Sevilla del juego nervionense en la primera mitad. Un pase muy vertical, una intervención crucial de Gameiro jugando de espaldas y una gran definición de Bacca en el área. Por esa fórmula, con buenas intervenciones y de calidad cerca del área, sobre todo de Reyes, tras transiciones rápidas, pudieron llegar más tantos, antes y después del gol del colombiano. Pero por un pelín de falta de precisión y por algún fallo en el remate no pudo poner más tierra de por medio el equipo hispalense antes del descanso.
Lo haría, con los minutos, y tras pasar una 'minifatiguita' en el inicio de la segunda parte con algunas aproximaciones del Almería que crearon más incertidumbre que peligro real. Alguna falta, algunas jugadas a balón parado pero casi todas bien solventadas por una defensa bien armada pese a las bajas.
Pero no tardó el Sevilla en romper definitivamente el encuentro e inyectar calma y tranquilidad al choque. Se apoyó en este caso en la debilidad defensiva del Almería. En un saque de esquina mal despejado por Azeez, la pelota le llegó a Carriço en el área chica y el luso no tuvo problema en colarla en la portería.
A partir de ahí el Sevilla ya se encontró muy cómodo y a gusto en el campo. Tocaba con control y sentido el equipo de Emery. Vitolo, Reyes y luego Rakitic cuando salió se hicieron amos y señores del terreno de juego y hubo momentos hasta de muy buen fútbol. De hecho, coronó una nueva buena acción con un tercer gol, de calidad también, sobre todo en el sutil toque de Gameiro al marcar.
Con el encuentro ya decidido, Unai Emery incluso se permitió el lujo de hacer algo que no suele, agotar los cambios antes de los últimos diez minutos. Sacó a Trochowski e incluso a Marin, al que el técnico le dio algunos minutos. Cierto que con estas sustituciones el conjunto, lógicamente, bajó enteros y hasta concedió un tanto que en cualquier caso maquilló el resultado pero que para nada empaña el buen partido del Sevilla en Almería, justo antes del derbi de la Liga Europa.
Todo le salió bien a Emery y al Sevilla en la tarde almeriense. Dio descanso a Rakitic, marcaron sus dos delanteros, el equipo estuvo seguro en defensa y se vuelve a meter de lleno en la pelea europea con equipos como el Villarreal. Y todo, insistimos, antes de un derbi histórico.
 
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