Míchel y Marcelino vendrán, que bueno te harán
Míchel y Marcelino vendrán, que bueno te harán. Recurriendo al rico refranero español se explica perfectamente la idea que, por otra parte, expresó el director deportivo del Sevilla, Monchi, en la presentación de Unai Emery esta semana.
Dijo el de San Fernando que asumía la responsabilidad en los errores a la hora de elegir los últimos entrenadores, que no han sabido curar el mal, la enfermedad del conjunto nervionense. Y los números, desde luego, le dan totalmente la razón. La dirección deportiva nervionense ha fracasado estrepitosamente en la elección de sus dos últimos entrenadores, así lo dictan los números.
Porque Marcelino y Míchel, Míchel y Marcelino, comparten el dudoso honor de ser los peores entrenadores del Sevilla en el siglo XXI.
Desde el año 2000, el club hispalense ha contado con siete entrenadores y en diferentes situaciones y circunstancias. Hubo etapas de bonanzas, pero también otras de dificultades, como las primeras campañas de Caparrós. El caso es que de esos siete entrenadores, el asturiano, ahora entrenador del Villarreal, y Míchel, recientemente destituido, son los peores, atendiendo a la media de puntos sumados en la Liga. A la hora del desempate, se lleva la palma Míchel, pues es el único entrenador que almacena en su bagaje con el Sevilla más derrotas (17) que victorias (16), incluyendo la Copa, algo que hasta su llegada no había ocurrido.
El caso es que el madrileño cierra un ranking que encabeza Manolo Jiménez. Pese a la controversia que despertó en el banquillo nervionense, logró una media de 2 puntos por partido, 61 victorias en 96 partidos, 199 puntos.
El segundo en este ranking es Juande Ramos, con una gran media de 1,7 puntos por partido. Ganó el de Pedro Muñoz 44 partidos de los 84 que dirigió al Sevilla en la Liga. Un total de 149 puntos en 84 partidos. De récord, teniendo en cuenta además su balance en las otras competiciones.
El tercero en discordia es, pese a su corto peripolo, Antonio Álvarez: 26 puntos en 15 encuentros en Primera, 1,7 puntos por encuentro. Más de la mitad de sus partidos acabaron en triunfo, ocho. Le pesó la eliminación de la Liga de Campeones.
Le sigue Gregorio Manzano, con una media de 1,5 puntos, 50 puntos en 33 partidos, de los que 15 acabaron en victoria.
Luego está Joaquín Caparrós, con una media de 1,4 puntos por encuentro en la Liga, pero en una friolera de 218 puntos en 152 partidos en Primera división. Con todo, acumuló más victorias (59) que derrotas (52) y dejó una ristra de canteranos en el primer equipo que bien valieron ingresos para la entidad sevillista.
Y ya en el furgón de cola se encuentran ya Marcelino y Míchel, con 1,2 puntos por partido. El asturiano sumó 26 puntos en 21 partidos, seis victorias, ocho empates y siete derrotas. El madrileño, en 37 encuentros 13 triunfos, ocho empates y 16 derrotas.
Pues sí, tiene toda la razón Monchi, el error ha estado en la mala elección de los últimos entrenadores.