No solo de paciencia puede vivir Míchel

Desde el triunfo en el derbi el Sevilla no ha vuelto a ganar en la Liga. Cinco encuentros: cuatro derrotas y un empate. Un mes y medio sin conocer la victoria y, entre tanto, Nervión ha perdido, incluso, su naturaleza de fortín.

La intención, este sábado, es que el equipo comience a darle un giro a su desesperante situación. Especialmente, porque el puesto de Míchel está en serio peligro. El técnico lo asume y es consciente de que, si su equipo no se impone a Osasuna, podría perder su trabajo. El preparador madrileño entiende que, hoy día, es una rara avis de los banquillos, que sigue al frente del plantel porque la directiva mantiene la calma y la confianza en él pero no por los resultados, pues éstos dejan al Sevilla a cuatro puntos del descenso cuando el único objetivo planteado es alcanzar la competición continental.
Sostiene Míchel que los diecinueve puntos actuales están por debajo de los argumentos ofrecidos hasta la fecha. Pero sabe que los pretextos ya no sirven: un error defensivo puntual, la falta de intensidad necesaria desde el inicio, la ausencia de puntería, alguna injusta expulsión... cualquier cosa puede dar al traste con el proyecto iniciado hace casi un año. Aunque el grupo crea en él y el presidente le respalde. Hay ciertos límites que no suelen ser aceptados, y perder en casa por tercera vez consecutiva, ante Osasuna, podría significar su adiós. "Si seguimos tras este partido con diecinueve puntos, cosa que ni pienso, por mucho que el mío sea un caso extraño hay que asumir responsabilidades", dice.
"No es una final ni para el club ni para los jugadores, pero para mí es trascendente", es como se refiere el míster al encuentro con los de Pamplona. Su continuidad está en juego, pero en realidad también al Sevilla le van demasiadas cosas. Hay un cierto miedo instalado en Nervión. El estado clasificatorio es alarmante y, además, la sombra de una posible venta oscurece las ilusiones de los aficionados, que temen una inoportuna salida de sus referentes. El perjuicio deportivo sería proporcional al alivio económico. Y sería un riesgo que el equipo tuviese que encajar alguna sorpresa de este tipo estando tan mal colocado.
Del Nido no oculta que si se presenta alguna oferta "fuera de mercado" la aceptará, pero también ha manifestado públicamente que han rechazado algunas importantes, y Míchel lo capta como una señal de ambición: pese a la necesidad, el club resiste cuanto puede porque tiene hambre de volver a Europa, no se contenta con luchar por salir de los puestos bajos, aunque ese, en este momento, sea el objetivo primordial, escapar de una dinámica insostenible antes de que el endurecimiento del calendario, la acumulación de partidos y los posibles imprevistos en sus distintas formas asfixien más a unos hombres que buscan el premio que consideran justo, los goles que no llegan y los puntos que se esfuman. Su regalo de Reyes.
Lo hace con todos disponibles, desde Fazio a Negredo pasando por Cicinho, Medel, Rakitic, Navas o Perotti. El delantero vallecano era duda por una leve distensión sufrida en el entrenamiento del miércoles, pero está en condiciones de jugar. No falta nadie en una cita señalada por las urgencias a la que Osasuna, que está en posiciones de descenso, llega con bastantes bajas. No estarán hombres como Arribas, Torres o Loé, que restan agresividad a los rojillos. Eso es lo que su técnico, José Luis Mendilibar, solicita, el mismo grado de intensidad que los hispalenses. Dos conjuntos que hace unos siete años se disputaron la última plaza de Champions cruzan sus espadas este sábado de Cabalgata en una guerra completamente distinta.
 
Alineaciones probables
Sevilla FC: Diego López; Cicinho, Fazio, Spahic, Fernando Navarro; Medel, Kondogbia; Navas, Rakitic, Perotti; y Negredo.
Suplentes: Palop, Cala, Botía, Luna, Hervás, Maduro, Reyes, Manu y Babá.
C. At. Osasuna: Andrés Fernández; Marc Bertrán, Rubén, Miguel Flaño, Damiá; Puñal, Timor; Cejudo, Armenteros, Nino; y Kike Sola.
Suplentes: Elías, Lolo, Oier, Llorente, Onwu, Nano y Lamah.