Festín, manita y a cuartos

Álvaro Ramírez IIIEl Sevilla se ha dado un festín de goles en Mallorca, a costa de un débil rival, y ha ganado enteros en la Copa, en la que ya está de facto en cuartos de final, y en confianza, pues ha estado ha estado acertado el conjunto de Míchel. 

Es una buena noticia que el equipo hispalense gane partidos fácilmente y que golee, porque no lo suele hacer y es una sana costumbre en el fútbol para solventar partidos como el de Mallorca. Pero en la Copa, en este torneo tan sevillista en la última década, el Sevilla es temible hasta que se demuestre lo contrario, para eso se conoce las rondas finales al dedillo en las últimas ediciones. Y como tal, como un grande de la Copa, ha solventado los octavos de final en su partido de ida goleando con facilidad. Cinco hizo a los de Caparrós.
El partido y la victoria se cimentaron en una clara asociación de conjuntos. Por una parte estuvo el horrible papel del Mallorca, con una defensa que rozaba el límite de la profesionalidad y que permitió campar a sus anchas a los delanteros sevillistas. Por otra parte estuvo un Sevilla despierto, atento, metido en campo contrario y que, evidentemente, ganó confianza con el comienzo del encuentro y con los goles. Si el Mallorca no hubiera estado tan mal posiblemente el Sevilla no habría ganado tan fácil. Pero si el equipo nervionense no hubiera estado tan bien en la primera parte tampoco el Mallorca habría recibido tanto castigo. La debilidad de unos se mezcló con el mérito de otros.

Porque fue la primera parte una de las mejores del conjunto sevillista a domicilio esta temporada. Tuvo gol, tuvo llegada, tuvo control, tuvo contragolpe y tuvo hambre. Los futbolistas nervionenses quisieron ir a por el rival, y facilitó mucho que fuera una suerte de flan mallorquín el conjunto de Caparrós, claro está.
Ayuda a plasmar esa superioridad total tener un delantero que aproveche los regalos y los busque si es necesario. Negredo castigó duramente los errores de la zaga local y puso al Sevilla con el partido y la eliminatoria de cara a las primeras de cambio con dos tantos.
Con el resultado, además, el conjunto nervionense cogió confianza y se gustó incluso con la pelota, tocando con confianza, combinando y llegando con soltura.
Para completar el abanico de recursos y la deficiencia de virtudes del Mallorca llegó el tercero en una contra perfecta tras un córner a favor de los insulares. Gran asistencia de Navas para que Medel se sumara a la fiesta y los cuartos ya en el bolsillo.
Para colmo de parabienes sevillistas y desgracias mallorquinistas, la única jugada que pudo meter a los de Caparrós en el partido, un 'penaltito' de Fazio regalado por Clos Gómez, lo paró Palop alimentando además el debate en la portería, pues antes también había sacado un buen balón a Arizmendi.
Evidentemente, la segunda parte, con 0-3, estaba ya vista para sentencia antes de empezar. Más aún cuando Botía, de nuevo en una jugada de estrategia, anotó el cuarto explotando la bisoñez de la zaga bermellona. Míchel empezó a hacer cambios, a reservar a Negredo, a Rakitic, a dar minutos a Luna y Hervás. Y fue el canterano el que de nuevo a pase de Navas cerró la goleada con el quinto y coronó el pase para los cuartos de final previo trámite en el partido de vuelta. Fue fácil y el Sevilla lo hizo fácil.