Deivid: "Me voy sabiendo que volveré para hacer más grande al Sevilla"

Viernes, primera hora de la tarde. David Omar Rodríguez Barrera, Deivid, recién ha aterrizado en su Las Palmas natal. Acaba de recibir un golpe inesperado, el Sevilla deja de contar con él, y ha cogido un vuelo como quien toma una vía de escape. "Por fin en casa. He pasado un día muy jodido", admite el canario a ElDesmarque.

Deivid no esperaba recibir esta noticia, aun menos tras conocer que Míchel renovaría: "Sabía que tenía que esperar a la decisión sobre el entrenador. Pensé que iba a contar, tenía esa esperanza, pero me dicen que mi puesto está ocupado, tanto de central como de centrocampista, y que tendrán que venir fichajes". Llegó en 2010 siendo un desconocido. Dos años más tarde, tras su paso por el filial y una breve estancia en el primer equipo, se marcha entre infinitas muestras de estima. "Cuando llegué nadie me conocía y podía salir a la calle tranquilamente; hoy cuando me iba hasta los operarios del aeropuerto me despedían y decían que no entendían mi marcha...", narra el jugador de 23 años.
A Deivid, apenado, le abruma todo el afecto que ha recibido en las últimas horas, desde que se conoció la noticia de su adiós. "No esperaba todo lo que me ha pasado, he recibido muchísimos mensajes y llamadas, tanto cariño... me dicen que hacía tiempo que no se veía tanto cariño hacia un canterano. Hoy en el fútbol mandan el marketing y otras circunstancias, pero lo más bonito que te puede pasar es que te valoren por tu honradez y tu trabajo. Cosas así hacen que haya merecido la pena estar dos años fuera de casa. Los clubes están ahí, pero lo peor es que dejo a muchas personas por el camino. Me llevo muchísimos amigos e incluso mi novia es de Sevilla", exterioriza.
Los propios sevillistas se encargaron de animar al jugador el jueves por la noche, cuando supieron que el club le había comunicado la noticia, cosa que el propio Deivid se encargó de hacer público a través de twitter. "Estaba en casa, hundido, un grupo de amigos sevillistas se acercó allí para animarme y salí con ellos a tomar una cerveza. La verdad es que me voy como un sevillista más. Cuando llegué no conocía la ciudad, ni a nadie; hoy me voy sabiendo que algún día volveré para hacer más grande al Sevilla, seguro...", declara con firmeza.
Entre los innumerables mensajes y gestos, algunos emocionaron sobremanera al futbolista canario. "Enrique (Arroyo), el psicólogo del B, me llamó, hablamos y estuvo muy cerca de hacerme llorar. Hoy me escribió un padre que va siempre con sus cuatro niños pequeños al fútbol para decirme que no sabía cómo contarles a sus hijos que no me iban a ver más. Otro hombre que va siempre a ver los partidos estaba llorando tanto que tuve que ser yo quien le consolara; me decía que éste no es su Sevilla...", relata conmovido Deivid.
Abandona Nervión con dolor, pero muy agradecido a la entidad. "He disfrutado mucho estos dos años y sólo tengo palabras de agradecimiento hacia el club que me ha dado la oportunidad de cumplir mi sueño y me ha hecho crecer como persona", dice. Y, cómo no, a Míchel: "Si no hubiera sido por él mi temporada habría acabado en el filial y mi salida no habría tenido esta repercusión. Me ha hecho debutar en Primera, jugar en el Bernabéu...".
Esos partidos en la élite, reconoce el canario, le han servido para ganar presencia. Asegura que ya en el mercado de invierno hubo clubes de Segunda interesados en contar con él. Ahora, aunque no sabe con certeza adónde irá, afirma que tiene varias ofertas: "De Las Palmas y del Hércules, y de otros clubes que no puedo decir". Aunque no descarta marcharse al extranjero, prefiere quedarse en España. "En algún club de Primera o en Las Palmas, sería bonito subir con el equipo de mi tierra. Este fin de semana me olvidaré de todo y a partir del lunes o el martes empezaré a ver las ofertas que tengo y que estaban paradas porque creía que iba a seguir en el Sevilla. Me sentaré a escucharlo todo y veré cuál es la mejor".
Afortunadamente, sabe que elija la opción que elija contará con el apoyo de su familia. "Mi padre me dice que cuando una puerta se cierra otras se abren, que siga trabajando y que donde tengamos que ir, haremos todos juntos las maletas y empezaremos de nuevo. A él le da igual que yo sea futbolista, sólo quiere que sea feliz", concluye Deivid.