El Sevilla se aferra a la teoría de Aragonés

Quedan diez jornadas para que finalice la Liga y el Sevilla, al encarar la recta final de una convulsa campaña, se aferra a una de las teorías más recurrentes de Luis Aragonés, un hombre popular en Nervión: esa que dice que un equipo está en disposición de alcanzar su objetivo si completa exitosamente sus diez últimos enfrentamientos.

En el fondo, la afamada frase de Aragonés cobra sentido, y se deshace de su naturaleza obvia, gracias a casos como el del Sevilla, un equipo que, irregular como el común de los mortales, que provoca más descontentos de los previstos, aún sigue teniendo Europa a cuatro puntos. Y con un calendario asequible por delante, en el que sólo la visita al Santiago Bernabéu asoma impregnada de un carácter utópico.
La situación puede cambiar mucho de aquí al partido frente al Real Madrid, último de abril, pero la esperanza, considerando los duelos previos, es que el Sevilla, para entonces, continúe batallando en esta pugna que, atizada por la mezquina actuación general, no abandona.
Calendario en mano, los próximos duelos son esenciales, ya que el Sevilla se mide, en cinco jornadas, a cuatro equipos que están por debajo suya en la clasificación: Granada, Mallorca, Zaragoza y Getafe (bermellones y getafenses, empatados a puntos con los sevillistas). A priori, más dificultad entraña la visita a Bilbao. No deja de ser verdad que el Athletic, pese a su sonado ejercicio, sólo cuenta con un punto más que el Sevilla en la actualidad, pero San Mamés es un campo especialmente engorroso.
Antes del duelo con el Madrid, el Sevilla recibe al equipo revelación, el Levante, un grupo al que, pese a estar instalado en la cuarta posición, debe ser capaz de hincar el diente. Después del Bernabéu, llega otro de los momentos álgidos, el derbi frente al Betis en el Sánchez-Pizjuán. Y, para cerrar el curso, recibe al Rayo Vallecano, que ahora mismo sólo le saca un punto a los nervionenses, y se desplaza para vérselas con el Español, que ocupa el deseado sexto lugar.
Un terreno, el de las jornadas finales, bastante más áspero y desapacible, pero igualmente practicable si el conjunto de Míchel conserva sus opciones europeas.
La vida, ante sus iguales 
Puede decirse que los de Míchel se la juegan ante sus semejantes (con la clasificación como referencia). Cierto es que deben mantenerse contundentes y demostrar si hay razones que refuercen la idea de que este equipo, hasta el momento, ha jugado por debajo de sus posibilidades. Pero infinítamente peor sería el panorama si en el último tramo tuviera que afrontar el tourmalet que acaba de dejar a su espalda.
El primer paso, resulta evidente, es vencer en Los Cármenes al Granada, un conjunto que ya en la primera vuelta sorprendió y se llevó los tres puntos de Nervión.