Manzano destroza el sueño de la Liga de Campeones (1-0)

El Sevilla firmó su certificado de defunción en Getafe en el mismo momento en el que Gregorio Manzano, a mediados de semana, pensó en tapiar su portería y en jugar sin bandas. El entrenador tenía miedo de un equipo muerto al que sólo había que darle la puntilla. Había enseñado a sus jugadores ese camino del miedo, de la mediocridad. Más tarde, el sábado a las 18.00, les abandonaría en el césped Coliseum Alfonso Pérez con un plan de equipo malo. Jugando a defenderse de la peor manera posible. Encerrados en su área y sin oler la pelota.  
Debió calar hondo el mensaje, porque el 5-3-2 fue un desastre. En el primer tiempo, Cáceres parecía ser el único futbolista del Sevilla que entendía el dibujo. Renato se perdía en el centro del campo sin entenderse con Rakitic, y Dabo ponía cara de no saber dónde colocarse. Arriba, Negredo no entraba en contacto con la pelota y Rodri naufragaba en una pelea infructuosa. Para colmo, el caserísimo Teixeira Vitienes (el hermano del ya clásico, porque hay dos), desenfundaba las tarjetas mediatizando a Medel y perdonando a Miguel Torres y Miku, y ayudando de paso a inclinar el campo aún más en favor de un mandón pero flojito Getafe. Flojito porque, aunque lo intentó, tuvo las mismas ocasiones claras que un horrible Sevilla: Ninguna. De todas formas, el árbitro no resultó decisivo ni influyó en el marcador. 
Debió gustarle algo a Manzano, que no cambió nada al descanso. La situación no cambiaba y Varas salvaba al equipo en un mano a mano de Sardinero como ya hiciera en Mallorca. El cambio de dibujo no llegó nunca, pero en el 62' se produjo el esperado debut de Luis Alberto, que dejó algún detalle de calidad. Ironías del destino, cuando por fin se decidió Manzano a poner un equipo lógico con la entrada de Capel y Alfaro, el Getafe fabricó la jugada del 1-0 aprovechándose de un error de Fazio y puso al Sevilla contra las cuerdas. El gol, justísimo más por los deméritos del Sevilla que por los méritos del Getafe, había llegado en un momento desafortunado, ya sin tiempo para levantar la situación y cuando parecía que el partido estaba cambiando. La Liga de Campeones ya es imposible y la Liga Europa, el premio menor, se complica. ¿Todavía queda gente que cree que el técnico actual se puede quedar?