El ocaso de un grande (3-2)

El mejor portero de la historia del Sevilla ya no es lo que era. Es tan obvio como doloroso. A todos los grandes les llega su ocaso. Les ocurre a todos los futbolistas. Aquel portero capaz de ganar media Uefa con un gol de cabeza, ahora pierde partidos. Llevaba tiempo sin ganarlos, pero últimamente los pierde. Es muy doloroso, pero a veces, hay que saber dejar paso, y esto debe ocurrir en el Sevilla. El equipo de Nervión se ha ido derrotado ante un malísimo Racing de Santander a pesar del partidazo de Rakitic, de la tremenda mejoría de Navas, de las buenas maneras de Medel y por culpa también de su falta de acierto en el remate. De cara al choque contra el Oporto el Sevilla ha mejorado en algunos aspectos. En otros… las cosas pintan mal. 
Después de un inicio muy prometedor, con el Racing encerrado, el balón en exclusiva sevillista y la sensación de ser un equipo superior, Palop incendió su propia portería. Primero, cediendo un córner por entenderse mal con Alexis. Posteriormente, tragándose el balón en el lanzamiento y regalándole el 1-0 a Chirstian. El propio lateral le hizo un penalti clarísimo a Navas a los dos minutos que Negredo falló. El Sevilla era mucho mejor, pero Palop, Alexis y Dabo era flanes… un desastre. Para colmo, Rakitic, a los 16 minutos, se metía un gol en propia puerta. Entre los errores atrás y la inenarrable fortuna cántabra, el Sevilla tenía que escalar un Everest ante un Racing espoleado y que se topó con Palop cuando a punto estuvo de meter el tercero. Pero Christian, con una entrada salvaje sobre Dabo, se autoexpulsó y metió al Sevilla en el partido. En la falta, Fazio marcó de cabeza tras el saque de Rakitic, que cinco minutos más tarde peinó un córner que el argentino casi vuelve a convertir en gol. Manzano sacó a Luis Fabiano y con uno más, la segunda parte prometía… 
… y empezó como un monólogo. Escudé, Negredo, Luis Fabiano, Negredo otra vez y Fazio, estuvieron a punto de marcar. Entraba Capel y el Sevilla jugaba con un 3-2-5 super ofensivo. Toño aparecía constantemente ante las cometidas del Sevilla, que apoyado en Rakitic y Navas no cesaba en su empeño. La mejor fue de Negredo, que a un cuarto de hora del final remataba de cabeza al palo. Hasta que llegó el segundo penalti. Otra vez clamoroso. Esta vez de Kennedy sobre Capel. Luis Fabiano no perdonó. Con ocho minutos, el triunfo era factible. Lo intentó el Sevilla, pero Palop se volvió loco. Se fue de su portería en una jugada increíble y le regaló los tres puntos al Racing dejando sin nada a su equipo. El debate, interese o no, está abierto.